Wall Street terminó septiembre con pérdidas acumuladas en sus principales indicadores a medida que la posibilidad de un cierre del Gobierno en Estados Unidos se vuelve cada vez más cierta.
Fue además el peor mes del año para el índice S&P 500 y para el Nasdaq, que registraron caídas del 4.9% y 5.8%, respectivamente. El Dow Jones de Industriales cedió 3.5% en septiembre.
Los malos datos se producen pese a las renovadas esperanzas de los inversores de que la Reserva Federal estadounidense (Fed) haya llegado ya al límite de sus subidas de tipos, después de conocerse este viernes (29) que el índice de gastos de consumo personal (PCE) subyacente, el indicador preferido de la Fed para medir la inflación, se ha ralentizado hasta el 0.1% en agosto en términos mensuales.
Sin embargo, el miedo a los efectos en la economía de un cierre continuado de la administración acabó lastrando a la bolsa.
“Aunque el mercado se ha vuelto cada vez más insensible a lo que desgraciadamente se ha convertido en una característica recurrente de la política estadounidense, el impacto en la economía real no siempre es trivial”, dijo en un análisis sobre el tema Gilles Moëc, economista jefe en AXA IM.
Moëc concedió que, de momento, es imposible saber cuánto durará el más que previsible cierre del Gobierno a partir de este fin de semana, pero alertó de que el último, entre diciembre de 2018 y enero de 2019, que duró 45 días, le costó a la economía estadounidense 0.1% del PIB en el cuarto trimestre de 2018 y 0.2% en el primer trimestre de 2019.
Una consecuencia que podría tener además la situación es que las agencias federales que se encargan de recoger y analizar los datos sobre la economía dejarán de funcionar, por lo que la Fed podría tener problemas para tomar su próxima decisión sobre los tipos, en noviembre.
Si los legisladores estadounidenses no alcanzan un acuerdo político para financiar las agencias federales antes del final de este sábado (30), la administración cerrará una gran parte de sus servicios.
A todo esto, se suma la situación de la huelga del sindicato de trabajadores del sector automotriz (UAW), que afecta a las 3 grandes empresas del sector en el país: General Motors, Ford y Stellantis.