Alemania celebró este martes el Día de la Unidad, la fiesta nacional que conmemora la reunificación en 1990, con un llamamiento por parte de los órganos constitucionales a superar las divisiones sociales en un momento en que el país se enfrenta a numerosos retos.
La fusión de la República Democrática Alemana (RDA) y de la República Federal de Alemania (RFA) fue un “punto de inflexión” en la historia de Alemania y un “hito en el camino hacia una Europa unificada”, afirmó durante la gala central en Hamburgo el alcalde de esa ciudad-estado norteña, Peter Tschentscher.
En el momento actual de crisis y de cambios, todos deben asumir su responsabilidad para apostar “no por el populismo y la polarización, sino por el espíritu de comunidad y la cooperación”, dijo Tschentscher, que ostenta la presidencia rotatoria del Bundesrat o cámara territorial del Parlamento alemán.
En la gala, que se celebró en esta ocasión en la Filarmónica del Elba, intervino también el presidente del Tribunal Constitucional alemán, Stephan Harbarth, que recalcó cómo la aspiración histórica alemana “a la unidad, el derecho y la libertad” tuvo que ser “conquistada y defendida” una y otra vez.
A pesar de que hace 33 años se logró completar la reunificación, en la actualidad “no vivimos en el paraíso”, sino en un presente marcado por retos como la guerra de Ucrania, el cambio climático, la migración, el embrutecimiento del discurso público y la crisis del Estado de derecho en algunas zonas de Europa, afirmó el magistrado.
El Estado alemán debe por ello adaptarse y reformarse continuamente, dijo Harbarth, tanto para asumir la responsabilidad que le corresponde en la “comunidad de destino” que constituye la Unión Europea (UE) como a nivel interior.
“Mantener la capacidad de actuar como Estado es fundamental para preservar la confianza de los ciudadanos en el orden del Estado, así como la cohesión social en el país y la capacidad de defensa de la democracia hacia el interior y hacia el exterior”, remachó.
Unos 1,300 invitados asistieron al evento en la Filarmónica, entre ellos el presidente de la República, Frank-Walter Steinmeier; el canciller, Olaf Scholz, así como representantes de los 16 estados federados y personalidades de la sociedad civil, entre otros.
Las celebraciones ya habían comenzado el lunes bajo el lema “Abriendo Horizontes”, con una oferta festiva y cultural que, según el ayuntamiento de la ciudad hanseática, atrajo en la jornada de ayer a unos 300 mil ciudadanos.
Steinmeier concedió ayer una entrevista a la cadena pública ARD en la que afirmó que la unidad sigue siendo en ciertos aspectos una “tarea pendiente”, ya que muchos ciudadanos de la antigua Alemania Oriental tienen la sensación “de no ser escuchados ni ser vistos” y de no tener “el mismo valor”.
El presidente alemán conminó además a defender los valores democráticos y a plantar cara al auge de la ultraderecha, aunque al mismo tiempo indicó la necesidad de “frenar la así llamada migración ilegal”.