El primer ministro de Australia, Anthony Albanese, afirmó que la rebelión del grupo de mercenarios Wagner contra Moscú durante el fin de semana ha desestabilizado al régimen del presidente ruso, Vladimir Putin.
“Está claro que no se pueden tener acontecimientos como ese (la rebelión) y simplemente eliminarlos, pretendiendo que se volverá a la estabilidad”, dijo Albanese en declaraciones a la cadena pública australiana ABC.
Albanese consideró que la rebelión de Wagner es una consecuencia de la invasión rusa a Ucrania, la cual no solamente ha sido un “desastre” para los pueblos ucranianos y rusos, sino para el mismo Putin porque “exageró (su poder) y se equivocó”.
“Lo mejor que puede hacer Putin es retirarse de esa invasión ilegal y retroceder hasta sus fronteras”, precisó el mandatario de Australia, uno de los países fuera de la OTAN que más ayuda armamentística ha brindado a Kiev desde que comenzó la invasión rusa el 24 de febrero de 2022.
El pasado fin de semana, el régimen de Putin afrontó una de sus mayores crisis internas desde la invasión de Ucrania, cuando el Grupo Wagner, tras declararse en rebeldía, ocupó el sábado la ciudad de Rostov en el Don, con el fin de sustituir la cúpula militar rusa, a la que culpa de los fracasos del Ejército ruso en Ucrania.
Si bien Putin calificó a la revuelta de “traición”, su Gobierno logró un acuerdo inédito con el líder mercenario, Yevgueni Prigozhin, para poner fin a la sublevación y permitirle trasladarse a Bielorrusia sin que se levante cargos en su contra, en virtud de la mediación del mandatario bielorruso, Alexandr Lukashenko.