El expresidente francés Nicolás Sarkozy ha sido imputado este viernes por 2 nuevos cargos en relación con la investigación por presunto financiamiento ilícito, con dinero del régimen libio de Muamar Gadafi, de la campaña que le llevó al Elíseo en 2007, informaron fuentes judiciales.
Tras 30 horas de interrogatorios que comenzaron el pasado martes, el que fuera presidente de Francia entre 2007 y 2012 salió con 2 nuevos cargos en su contra, el de tratar de influir en un testigo clave y el de estafa en banda organizada.
Estas 2 acusaciones abren la vía a un nuevo proceso contra Sarkozy, ya condenado en 2 ocasiones, por tráfico de influencias y por el financiamiento ilegal de la campaña presidencial de 2012, casos ambos que el expresidente ha recurrido.
Además, tiene pendiente a principios de 2025 otro juicio por financiamiento con dinero libio de su campaña de 2007.
Precisamente de esa instrucción nace esta nueva ramificación, conocida en Francia como “caso Takieddine”, en referencia al intermediario franco-libanés en el origen de las acusaciones contra Sarkozy por haber recibido dinero libio.
Los nuevos cargos que se le han añadido hoy se deben a que los jueces tienen indicios de que el expresidente participó junto a otras personas también imputadas en diversas maniobras para extorsionar a Ziad Takieddine con el objetivo de que le exculpara.
Una operación que supuestamente fue lo que provocó que el intermediario cambiara su versión oficial y, en una entrevista televisada a finales de 2020, retirara las acusaciones contra Sarkozy.
Posteriormente, Takieddine, que actualmente se encuentra fuera de Francia, volvió a acusar a Sarkozy de haber recibido dinero del régimen libio, lo que mantiene viva la causa contra él por el financiamiento ilícito de su campaña de 2007, en la que derrotó en segunda ronda a la socialista Ségolène Royal.
En paralelo, en el primer semestre de 2021, varias personas trataron de falsificar un documento libio publicado por el medio digital Mediapart que probaba que Sarkozy había recibido unos 50 millones de euros de Gadafi.
Para ello, siempre según la acusación, emisarios de Sarkozy trataron de corromper a personal judicial de Líbano, donde se encuentra arrestado uno de los hijos del fallecido dictador libio, para lograr su liberación con el objetivo de que negara las acusaciones contra el expresidente.
En sus distintas declaraciones ante los investigadores, publicadas por el diario Libération, Sarkozy ha negado todas las alegaciones en su contra, aunque hay evidencias de que tuvo citas y conversaciones telefónicas con otros de los imputados en el momento de los hechos, que él atribuye a la casualidad.
Sarkozy se convirtió en 2021 en el primer expresidente francés condenado por corrupción a una pena de cárcel firme, un año por tráfico de influencias con un magistrado, sentencia confirmada en apelación en mayo pasado y que está pendiente del recurso ante el Supremo.
En septiembre de 2021 fue condenado de nuevo a un año de cárcel por el financiamiento ilegal de su campaña de 2012, la que perdió contra el socialista François Hollande, sentencia que fue recurrida y que será juzgada en apelación en noviembre próximo.