El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, aterrizó este viernes (13) en Arabia Saudí, en el marco de su gira por Oriente Medio en medio de la guerra entre Israel y el grupo islamista Hamás que, solo en la jornada del viernes, le ha llevado a Jordania, Catar y Baréin, informó la televisión privada saudí Al Arabiya.
La cadena difundió imágenes de la llegada del estadounidense al aeropuerto internacional de Riad, donde fue recibido por una pequeña comitiva saudí al desembarcar del avión a pie de pista.
Se espera que Blinken se reúna con las principales autoridades del reino árabe, como el príncipe heredero y primer ministro de Arabia Saudí, Mohamed bin Salmán.
Esta es la cuarta visita que realiza el jefe de la diplomacia de Estados Unidos en un solo día, en el que ha estado realizando intensos contactos en Jordania, Catar y Baréin.
Además, tiene previsto visitar próximamente a Emiratos Árabes Unidos y Egipto antes de concluir su gira el domingo.
Según el Departamento de Estado estadounidense, el objetivo de la gira de Blinken es expresar su “condena enérgica a los ataques terroristas en Israel” y “reafirmar la solidaridad de Estados Unidos con el Gobierno y el pueblo israelí”.
Otro de los focos fundamentales de esta gira es la de “prevenir que el conflicto se amplíe, garantizar la liberación segura inmediata de rehenes e identificar los mecanismos para la protección de los civiles”.
Hasta ahora, la máxima del jefe de la diplomacia estadounidense ha sido la condena a los ataques de Hamás, mientras ha eludido rechazar los bombardeos israelíes en la Franja de Gaza, enclave bloqueado e intensamente bombardeado por Israel desde hace una semana.
Todos los líderes árabes con los que se ha entrevistado han condenado la campaña de bombardeos israelíes y han advertido a Blinken que debe detenerse para evitar una catástrofe humanitaria, que está a punto de producirse, según la ONU.
A última hora del viernes, el Ministerio de Exteriores saudí rechazó en un comunicado el ultimátum de 24 horas que dio Israel a los residentes del norte de la Franja de Gaza para que se desplacen al sur, una medida que consideró que constituye una “violación del derecho internacional humanitario”.