El Ejército tomó el control de Acapulco y asume las labores de reparación y entrega de ayuda en esa zona del estado de Guerrero tras los saqueos y el descontrol generados por Otis, que ha dejado hasta ahora 39 muertos, 10 desaparecidos, decenas de heridos y cuantiosos daños materiales.
Las Fuerzas Armadas intentan poner orden y ofrecer agua y alimentos a una población inmersa en la desesperación, tristeza y rabia por la destrucción total o parcial de sus casas y centros de trabajo, por la falta de insumos y por la lentitud con la que llega la ayuda.
Y es que resolver estos problemas para una ciudad destruida, con unos 800 mil habitantes, según el censo de 2020, y con daños en aproximadamente 400 mil hogares, no será tarea sencilla.
“Estamos haciendo las cosas de manera organizada y procurando que haya orden, que no haya robo, que ese es otro asunto que vamos a seguir atendiendo (…), lo que se busca es que todo se dé en orden”, dijo el presidente Andrés Manuel López Obrador en un reporte con el Comité Nacional de Emergencia (CNE), que integran titulares de diversas dependencias.
Desde las primeras horas, los habitantes y turistas varados en el puerto sabían que se venían momentos difíciles debido a la falta de energía eléctrica y de servicios de telecomunicaciones, teléfono e Internet, sumada a la de transporte, debido a la escasez de gasolina y los bloqueos en carreteras provocados por los deslaves.
Precisamente la desesperación por la falta de agua y alimentos, sumado a la falta de autoridades, provocó que comenzaran los saqueos y no solo en productos de primera necesidad, sino hasta en aparatos electrónicos, lo que convirtió a Acapulco, por unas horas, en tierra de nadie.
Sobre por qué no está en Acapulco, López Obrador dijo: “Creo que ayudo más coordinando desde aquí todas las acciones, todo lo que se requiera y, si es necesario, voy a ir, pero no quiero hacer de esto un espectáculo”, además se comprometió y señaló que “Acapulco va a volver a estar de pie”.
Se despliegan las Fuerzas Armadas
Unos 10 mil agentes del Ejército, de la Marina y la Guardia Nacional (GN), en coordinación con autoridades municipales, estatales y federales, establecieron dispositivos de seguridad y vigilancia y supervisan de tiempo completo puntos de control de acceso y salida del municipio de Acapulco, además de cumplir patrullajes para prevenir y desalentar posibles actos delictivos.
También trabajan en la remoción de vehículos, escombros, postes, árboles y otros obstáculos para despejar las zonas afectadas.
Este sábado (28), el Comité Nacional de Emergencia (CNE), integrado por distintas Secretarías, aseguró que intentan responder a las necesidades de la población y restaurar los más rápido posible los servicios.
El combustible va en camino
El viernes (27) largas filas comenzaron a verse en las estaciones de gasolina del puerto que sufrieron la escasez del combustible. Ante ello, Pemex anunció la pronta llegada de un buque al puerto de Acapulco, cargado con 600 mil toneladas de diésel y 15 mil toneladas de turbosina.
Con ellos, dijo, garantizará la provisión esencial para vehículos, maquinaria y aeronaves utilizadas en labores de atención a la población y recuperación.
Mientras tanto, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) suministra agua potable a través de pipas en vecindarios y cumplen trabajos de desazolve en drenajes saturados.
Por su parte, la CFE reportó la caída de 10 mil postes y 140 torres de alta tensión que afectaron a unos 500 mil usuarios.