Los 3 astronautas de la misión Shenzhou-16, encargados de habitar por primera vez la estación espacial china una vez completada, regresaron de manera segura al sitio de aterrizaje de Dongfeng en el desierto de Gobi, en la provincia de Mongolia Interior, en el norte de China.
La cápsula de retorno de la nave espacial Shenzhou-16 aterrizó con éxito a las 8:11 de la mañana del domingo, con el comandante de la misión, Jing Haipeng, y sus compañeros de tripulación Zhu Yangzhu y Gui Haichao en su interior.
La Agencia Espacial de Misiones Tripuladas de China informó de que los 3 taikonautas, como se conoce a los astronautas en el gigante asiático, se encontraban en buen estado de salud.
La nave Shenzhou-16 se separó de la estación espacial del país, la Tiangong o Palacio Celestial, a las 8:37 de la noche del lunes (12:37 GMT).
Antes de su partida, la tripulación de la Shenzhou-16 entregó este lunes la clave de la estación espacial a los miembros de la Shenzhou-17, cuyos 3 integrantes llegaron a la Tiangong el pasado 26 de octubre.
La llegada de la misión Shenzhou-16 marcó la continuación de la transición entre las tripulaciones y la permanencia permanente de la estación espacial de China durante al menos una década.
Esta misión marca el fin de la primera residencia en una estación espacial de China completada y supuso el inicio de su fase de aplicación y desarrollo.
Se estima un periodo de alrededor de 6 meses para que los astronautas que han participado en misiones espaciales a largo plazo regresen a su condición física normal y se reanuden el entrenamiento y la selección de candidatos para futuras misiones espaciales.
Es probable que la Tiangong, que operará durante unos 10 años, se convierta a partir de 2024 en la única estación espacial del mundo si la Estación Espacial Internacional, una iniciativa encabezada por Estados Unidos y a la que China tiene vetado el acceso por los lazos militares de su programa espacial, se retira ese año tal y como está previsto.
China ha invertido fuertemente en su programa espacial y ha conseguido alunizar la sonda Chang’e 4 en la cara oculta de la Luna -primera vez que se logra- y llegar por primera vez a Marte, convirtiéndose en el tercer país -tras Estados Unidos y la extinta Unión Soviética– en “amartizar”.