El doctor Carlos Escobar del Pozo, investigador del cuerpo académico de la Facultad de Arquitectura y Diseño, CA 25, y profesor de las facultades de Ingeniería Mecánica y Eléctrica, así como de Ciencias Químicas, lidera el Proyecto ARTEROFLOW, finalista del Premio Santander X 2023.
Santander X Award, antes llamado Premio Santander a la Innovación Empresarial, es ahora la convocatoria más importante para emprendedores universitarios. Se trata de una iniciativa dirigida a personas con nacionalidad mexicana, mayores de 18 años y sin límite de edad, que cuenten con un startup de tecnología con potencial de disrupción y legalmente constituida.
Este premio otorgará apoyos por 1.1 millones de pesos y asesoría internacional a 3 startups enfocadas en tecnología y desarrollo de manufactura de productos o servicios tecnológicos de punta. Además, representarán a México en el premio mundial para emprendedores que otorga este banco.
En el Proyecto ARTEROFLOW participan también el doctor Pablo Armando Alcaraz Valencia, el M.I. Luis Manuel Ortiz Rincón, la doctora Laura Sanely Gaytán Lugo, junto con los doctores Víctor Hugo Castillo Topete y Azael García Rebolledo.
Además, el proyecto fue apoyado por la Dirección General de Innovación y Cultura Emprendedora (DGICE) de la Universidad de Colima. El doctor Escobar ha trabajado de manera estrecha con esta dirección y ha recibido capacitación para participar en este concurso desde la edición pasada.
Este proyecto, como lo ha dicho antes el doctor Carlos Escobar, busca llevar la ingeniería mecánica a la medicina, específicamente en el caso de los aneurismas. La mecánica se ocupa del estudio del movimiento, lo cual puede aplicarse a diversos objetos, como una taza de café o un avión, para mejorar su rendimiento. En el ámbito de la medicina, la mecánica de fluidos es útil para mejorar aspectos como el tiempo de natación o el flujo sanguíneo.
El proyecto, explica el doctor Escobar, se deriva de una de sus líneas de investigación, que busca comprender no solo la composición de la sangre, sino también describirla matemáticamente mediante la reología, una rama de la física que estudia el modo en que los materiales se deforman o fluyen en respuesta a fuerzas o tensiones aplicadas. Este tipo de estudios los realiza en el Laboratorio de Termofluidos de la Facultad de Ingeniería Mecánica y Eléctrica, Campus Coquimatlán.
Para este equipo de investigación, es importante aplicar sus conocimientos en beneficio de la salud, por lo que su principal objetivo es el estudio de los aneurismas, que son abultamientos o hinchazones en una arteria causadas por problemas de elasticidad en las paredes; “nos interesan los aneurismas aórticos e intracraneales, que se asocian con derrames cerebrales. Las personas que los padecen presentan una tasa de supervivencia estimada del 50%, y aquellos que sobreviven quedan con una calidad de vida deteriorada”, explica el investigador.
En su laboratorio solicitan tomografías y angiografías a los médicos para reconstruir los órganos mediante técnicas de modelado en 3D y simulación numérica. Utilizan modelos transparentes para visualizar lo que ocurre dentro de los aneurismas y aplican diversas técnicas de administración del flujo, como el uso de tinta para medir la velocidad y el comportamiento del flujo dentro del aneurisma. Estudian aspectos como la dirección del flujo, la interacción con las paredes y las características hemodinámicas, ya que se ha observado que éstos se relacionan con el crecimiento y la ruptura de los aneurismas.
A través de la simulación numérica, dice, pueden observar lo que ocurre dentro del aneurisma sin la necesidad de intervenir directamente en pacientes, lo cual resultaría complicado y costoso. Esta simulación permite explicar lo que sucede en el interior del aneurisma y proporciona información valiosa para las y los médicos.
El objetivo, asegura, “es proporcionar datos basados en la mecánica a la comunidad médica, para contribuir en la toma de decisiones clínicas”.