En el duelo entre rusos de la jornada de este lunes de las Finales ATP de Turín, entre 2 amigos como Andrey Rublev y Daniil Medvedev, fue el segundo el que se impuso con cierta facilidad por 6-4 y 6-2 en poco más de hora y media de partido.
Ganador de la edición de 2020 y finalista en la de 2021, Medvedev, actual número 3 del circuito, se quedó el año pasado con la espina clavada de no haber ganado un solo partido. Los perdió todos en el tie-break del tercer set, rozando una victoria que nunca llegó.
Este lunes tuvo una nueva oportunidad de desquitarse de esa mala sensación y reencontrarse con la victoria en la pista que reúne a las mejores ocho raquetas del circuito, esa que por sus características le gusta, en el año en el que justo también estrenó su casillero de títulos en tierra batida al alzarse campeón en Roma.
No la dejó escapar y frustró a Rublev, un contendiente muy peligroso que ya el año pasado se coló en Semifinales pese a estar rodeado de 3 “maestros” como el serbio, Novak Djokovic, el propio Daniil Medvedev y el griego Stefanos Tsitsipas.
Pero lo cierto es que Rublev fue inferior a su compatriota. No estuvo cómodo en ningún momento del partido pese a responder con buenos golpes las acometidas de un Medvedev que construyó su victoria desde el saque, con hasta 7 aces en la primera manga que le sirvieron para mantener su servicio.
Ya amenazó con quebrar a Rublev con 1-1 en el marcador, pero se resistió el número 5 del mundo a ceder tan pronto y levantó el complicado marcador para mantenerse por delante hasta el séptimo juego, cuando Medvedev no perdonó a su compatriota y se bastó de un punto de rotura para poner el 4-3 y confirmar el break en el siguiente (5-3) que encarriló el primer envite.
El lenguaje corporal de Rublev era de un jugador que sabía superado. No le salió nada y entre patadas a las bolas tras errar puntos sencillos y enfados consigo mismo buscó explicaciones y ayuda en su banquillo, donde el español Fernando Vicente le pedía calma, concentración y cabeza.
Un resbalón en el segundo set, cuando tenía ganada la red y buena parte del punto, acabó por sacar del partido a un Rublev que en ese momento ya lo tenía casi todo perdido y que, además, se hizo daño en una mano, lo que minimizó aún más sus posibilidades.
Y es que Medvedev fue un torbellino en la segunda manga y con 2 breaks se puso 4-1 arriba, oteando una victoria importante para empezar con buen pie que le coloca líder del Grupo Rojo en el que este lunes el español Carlos Alcaraz sucumbió ante el alemán Alexander Zverev en 3 sets, por lo que el liderato es en solitario para el moscovita.
En la próxima jornada, el 15 de noviembre, se medirán Alcaraz–Rublev y Zverev–Medvedev.