Los choferes de transporte de carga, muchos procedentes de Centroamérica, denuncian que se enfrentan a unas condiciones “inhumanas y antihigiénicas” en los bloqueos de carretera que se registran en Panamá desde hace más de un mes, en rechazo a un contrato minero.
Uno de esos choferes es el panameño Ernesto Rey, quien quedó varado en Chiriquí, la provincia fronteriza con Costa Rica, cuando se dirigía hacia Ciudad de Panamá en su regreso desde el país vecino.
Al igual que muchos otros camioneros que volvían de Centroamérica, lleva semanas sin ver a su familia, aunque, afortunadamente, como él mismo comenta a EFE, está estacionado cerca de una estación de combustible.
La posibilidad de quedar varado en un denso tráfico lejos de una gasolinera o de algún poblado es una situación “antihigiénica y antihumano”, expresa a EFE.
“No hay baño (para ducharse), no hay servicio (inodoro) y no hay nada”, señala con enfado pues, asegura, “los transportistas siempre” pagan “los platos rotos cuando se hace un cierre de calle”.
La fila de camiones varados se observa a lo largo de la carretera Panamericana – la principal del país- desde Paso Canoas, la frontera con Costa Rica por Chiriquí, hasta Ojo de Agua, colindante con la provincia de Veraguas, como consecuencia de esos bloqueos viales en protesta del contrato con Minera Panamá, filial de la canadiense First Quantum Minerals, para explotar una gran mina de cobre.
Se trata de transportes que llevan hacia Centroamérica mercadería procedentes de Asia, Estados Unidos y Europa a través de la panameña Zona Libre de Colón, la mayor del continente, y del sistema de puertos conexo con el Canal de Panamá.
También hay camiones que traen manufactura de todo tipo, incluidos medicamentos, a Panamá, donde más del 80% del consumo es importado, incluido el jabón, galletas, bebidas y más productos que están ahora varados en la vía, aseguró a EFE el vicepresidente de la Cámara Nacional de Transporte de Carga de Panamá, Carlos Eliécer Argueta.
Chiriquí, una importante área productora de vegetales, es la zona más castigada por los bloqueos por parte de grupos indígenas y sindicatos, que han dejado escasez de productos básicos, gas y combustible.
Algunos representantes de las patronales han denunciado que los conductores están siendo víctimas de hurtos y de otros delitos en las filas.
Las pérdidas incalculables
Las pérdidas económicas para el sector del transporte de carga, neurálgico dentro del poderoso sistema logístico de Panamá, crecen cada hora, dijo Argueta.
“No hay manera de calcular las pérdidas. Panamá recibe diariamente 250 camiones ‘trailer’ de Centroamérica. Es una conectividad logística que trae impuestos, trabajo y aportes a la industria”, agregó.
Destaca, además, que esta coyuntura hizo que en la Zona Libre (de Colón) “se perdieran los 2 mejores meses de comercio de venta”, destinadas a la época navideña y de fin de año.
Los bloqueos que también se registran en la caribeña provincia de Colón han casi paralizado la Zona Libre y afectado el trasiego de carga entre los puertos del Atlántico y del Pacífico, como han afirmado a EFE empresarios del sector, que destacan la pérdida de la reputación de Panamá como un suplidor seguro de servicios logísticos, los cuales representan el 30% del PIB.