La Asociación de Futbolistas de Inglaterra (PFA) condicionó su permanencia en FIFPRO (Federación Internacional de Asociaciones de Futbolistas Profesionales) a obtener beneficios del reparto económico, durante la última Asamblea General celebrada en Ciudad del Cabo recientemente.
El consejero delegado de la PFA, Maheta Molango, planteó un ultimátum en la Asamblea frente a posiciones que defienden gestionar solidariamente los derechos en base a la pluralidad de los 66 sindicatos miembro de FIFPRO, lo que sorprendió a gran parte de los asambleístas y se entendió como una amenaza, confirmaron a EFE fuentes de asociaciones presentes.
Muchas de estas se mostraron de acuerdo en estudiar y negociar un nuevo reparto en función de los fondos de FIFPRO, pero no entendieron que se planteé un ultimátum, que supone “romper con el importante concepto de solidaridad” que afecta a muchas de sus asociaciones, que, por la situación de sus países y sus ligas, no tienen suficiente apoyo ni fondos necesarios para ejercer su labor sindical.
Según las mismas fuentes, para muchos representantes de asociaciones sindicales la postura de Molango “quiebra claramente la necesaria política sindical de FIFPRO” y, como se le trasladó en la asamblea, supone no tener en cuenta que quienes juegan ahora en Inglaterra pueden tener una determinada nacionalidad y ejercer su actividad profesional en otros países más adelante.
La mayoría de los 66 sindicatos de FIFPRO defendieron el principio de solidaridad; abogaron por reforzar el establecimiento de un justo y adecuado equilibrio económico entre todas las asociaciones y hubo miembros que intervinieron para reprobar la actitud de ruptura y de agravio con el resto de sindicatos manifestada por Molango.
“O se tiene claro que el futbol es un deporte que aglutina unos valores, además de un negocio, o se acabará con el mismo”, reflexionó algún dirigente en la Asamblea, celebrada del 21 al 24 de noviembre en la capital sudafricana.
Algunos presentes consideraron que la posición del dirigente inglés recuerda a movimientos de ciertos clubes considerados “ricos”, que pretenden organizar nuevas competencias, obviando que el futbol es universal y que sus competencias oficiales y reconocidas priorizan el factor deportivo al económico.
Asociaciones de países como Portugal (Sindicato dos Jogadores), Chile (Sifup), España (AFE), Sudáfrica (SAFPU), Suiza (SAFP) y Costa Rica (Asojupro), entre otras, apuestan claramente, en contra del planteamiento de Molango, por mantener vigente en todo momento el principio de solidaridad y no romper en modo alguno la unidad sindical a la hora de negociar con las organizaciones internacionales.
FIFPRO siempre ha abogado a lo largo de su historia por la unidad de todos sus asociados, algo fundamental para defender los derechos laborales de los y las futbolistas. La salud frente al negocio, la protección de sus derechos individuales frente a la utilización indiscriminada del big data, con la que se sustraen al futbolista sus derechos individuales, por lo que debe regularse en el marco de FIFA, UEFA y demás confederaciones, mantuvieron las fuentes consultadas.
