El presidente de Chile, Gabriel Boric, encabezó este lunes una actividad para socializar su propuesta en materia de pensiones, una de sus reformas estrella que hasta hace unos días llevaba más de un año estancada en la Cámara, y frente a la que aseguró que “es momento de llegar a acuerdos”.
“Después de trabajar toda una vida, en el mundo laboral, doméstico, de cuidados, es de sentido común que se pueda tener una vejez digna, con una pensión digna”, señaló el mandatario desde la comuna de Peñalolén, en la Región Metropolitana.
“Nuestro compromiso con mejorar las pensiones está más firme que nunca (…) Pusimos urgencia al proyecto porque ya llevamos demasiado tiempo esperando. Nadie puede decir que no se han escuchando las visiones de quienes piensan distinto”, enfatizó Boric, en un evento en el que también participó la expresidenta Michelle Bachelet.
La reforma, que se presentó en noviembre de 2022, busca subir la cotización del 10% actual al 16%, a cargo del empleador, y elevar así las bajas pensiones que reciben la mayoría de los chilenos.
“Acá no hay acuerdos perfectos, pero sí tenemos el deber de llegar a acuerdos, y para eso todos tenemos que ceder. La política y en particular las pensiones no se pueden tratar de si gana el gobierno o cualquier sector político, sino que ganen las chilenas y chilenos”, subrayó el jefe de Estado.
El principal punto de fricción es el destino de ese 6% adicional, que la oposición quiere que vaya totalmente a las cuentas de capitalización individual de cada trabajador.
A finales de diciembre, el Gobierno presentó su última propuesta de distribución, que incluye el 3% a un seguro social, el 2% a las cuentas de capitalización individual y el 1% a fortalecer el empleo y la formalidad laboral de las mujeres.
Las pensiones llevan años en el listado de las principales preocupaciones de los chilenos y Gobiernos anteriores intentaron sin éxito reformar el sistema, una de las principales demandas en la ola de protestas de octubre de 2019.
El sistema de pensiones chileno, creado por el régimen de Augusto Pinochet (1973-1990), fue pionero en la capitalización individual y obliga a cada trabajador a aportar un 10% mensual de su sueldo a una cuenta personal de la que puede disponer cuando se jubile y que es gestionada por las polémicas administradoras privadas de pensiones (AFP).
En los últimos años, el modelo ha sido ampliamente criticado por las escasas pensiones que otorga.
La media pagada entre junio de 2022 y junio de 2023 fue de 155,907 pesos para los hombres (cerca de 176 dólares) y 48,360 pesos para las mujeres (55 dólares), mientras que la pensión promedio fue de 283,455 pesos (321 dólares) y 111,237 pesos (cerca de 126 dólares), respectivamente, según la Superintendencia de Pensiones.
En 2008, la expresidenta Michelle Bachelet hizo una reforma y creó una pensión financiada por el Estado para los más pobres, que se amplió en 2021 durante el Gobierno del conservador Sebastián Piñera.