El Real Madrid mostró su versión más demoledora en los últimos 5 minutos de su visita al Bayern Múnich y con ella, escenificada en un parcial de 6-22, sumó su victoria 18 en 20 partidos en lo que va de Euroliga.
Pese a que el baloncesto fue el deporte que citó a todos los presentes en el BMW Park, resultó inevitable en la previa hacerle un hueco al futbol para rendir homenaje a Franz Beckenbauer. Un respetuoso minuto de silencio y camisetas con su nombre y el número 5 portadas por los jugadores escenificaron el merecido recuerdo a una leyenda del futbol no solo en el club local, sino también en el panorama internacional.
También histórico, pero para el conjunto blanco, es ya Sergio Llull. El balear, que el año pasado dio el título en la máxima competencia europea a los suyos con una canasta decisiva, saltó al parqué por primera vez a falta de 1:57 para el final del cuarto inicial y con ello alcanzó los 1,047 partidos, más que nadie en el club blanco.
Fueron pasajes para el recuerdo que dieron lustre a un partido de en el que Mario Hezonja y Dzanan Musa hicieron acto de presencia con 3 triples que permitieron a los de Chus Mateo entrar con buen pie. Esa euforia la rebajó un ex como Serge Ibaka, autor de 7 de los 17 primeros puntos de los locales que les mantuvieron a flote.
Sin embargo, un parcial de 0-7 entre el final del primer cuarto y el comienzo del segundo, con Llull aportando 5 de los puntos, volvió a dar cierta calma a los visitantes. Y tras esta, la tormenta en forma de triples.
Cinco ataques seguidos los culminó el Real Madrid acertando desde el exterior. Dos veces castigó Facundo Campazzo, 2 Llull… y una con atrevimiento y de manera sorprendente Vincent Poirier (36-45, min.20).
A la salida de los vestuarios fue capaz el equipo español de conservar la ventaja gracias a la aportación de Musa y Carlos Alocén, quienes monopolizaron a 4 manos los quince puntos que el equipo anotó en los 9 primeros minutos. Solo Fabien Causeur, con una bandeja a falta de 55 segundos, y Porier, debajo del aro con 14 por jugarse, aportaron además de ellos.
Esas dificultades colectivas para hacer daño provocaron que el partido llegara algo más abierto que en otras ocasiones a los 10 últimos minutos. Pese a ello, la renta de 11 puntos parecía suficiente para el Real Madrid para jugar con calma y sin necesidad de asumir riesgos.
Así era al menos a priori, porque cuatro triples en línea del anfitrión le pusieron a solo 5 puntos. Solucionaron el entuerto dándole de la misma medicina Alberto Abalde, Llull y Hezonja. Sus lanzamientos exitosos de 3 y la aportación de Poirier multiplicaron por más de 4 la distancia y finiquitaron la velada.