Desde el día en el que comenzó la guerra entre Israel y Hamas, el 7 de octubre de 2023, 2 madres mueren cada hora a causa de la guerra en Gaza, de acuerdo con un informe de ONU Mujeres enfocado en los efectos de la crisis en las mujeres palestinas.
El reporte “Alerta de género: el impacto de género en la crisis en Gaza” señala que de los 24,620 civiles muertos violentamente en la franja, 16 mil eran mujeres y niños, lo que supone el 70% del total de víctimas mortales.
Además, la hambruna que acecha Gaza incide especialmente en las mujeres y niñas, que tienden a ceder la comida disponible a otros miembros de su familia, y eso supone un riesgo vital para las mujeres embarazadas y las madres lactantes.
De las 5,500 mujeres que se espera den a luz el próximo mes, 840 tienen una alta probabilidad de sufrir complicaciones en el parto por la deficiente atención médica, y está previsto que el único hospital de maternidad funcional del norte de Gaza se quede sin combustible “de forma inminente”.
Además, solo existen 2 refugios para mujeres, ambos en Ciudad de Gaza, que ahora están cerrados.
Obstáculos en el acceso a alimentos y en la huida a un lugar seguro
La organización asegura que a la población femenina le resulta aún más difícil acceder a los suministros, servicios y recursos, un problema que se acentúa en familias encabezadas por mujeres, que tienen que alimentar, proteger y mantener a sus familias por sí solas sin un trabajo que les permita generar ingresos.
Muchas de ellas han perdido a sus maridos en el conflicto, perdiendo así al único sostén económico de su familia; si el número de mujeres que generaba ingresos en Gaza ya era pequeño antes de la crisis, esta cifra se ha reducido aún más en los últimos meses.
A día de hoy, alrededor de 3 mil familias del enclave palestino están lideradas por mujeres, de acuerdo a ONU-Mujeres.
Por otra parte, de los 1.9 millones de personas desplazadas, cerca de 1 millón son mujeres y niñas, aunque hay muchas que se quedan en casa cuidando a miembros de su familia que, por su condición física o su avanzada edad, no pueden desplazarse.
“Mi marido apenas puede moverse, y no tiene intención de morir en casa de otra persona. Muchas personas mayores como nosotros estamos abandonados a nuestra suerte”, afirma a la entidad una mujer palestina de 72 años que vive en Ciudad de Gaza.
Debido a esta escasez de comida, el cierre de las escuelas y la falta de oportunidades educativas y laborales, muchas jóvenes palestinas temen que sus familias recurran a medidas desesperadas para sobrevivir y las obliguen a casarse a una temprana edad.
“Las mujeres y los niños son las primeras víctimas de los conflictos y nuestro deber de buscar la paz es un deber para con ellos. Les estamos fallando. Ese fracaso y el trauma generacional infligido al pueblo palestino en estos 100 días nos perseguirá a todos durante generaciones”, expresó hoy la Directora Ejecutiva de la entidad, Sima Bahous, en un comunicado.