La Inteligencia Artificial generativa (IAG) tiene el potencial de enriquecer las Ciencias Sociales, pero es importante abordar sus desafíos éticos, señaló Edgar Tafoya Ledesma, doctor en Filosofía de la Ciencia con especialidad en Estudios Filosóficos y Sociales.
Tafoya Ledesma impartió la conferencia virtual “Inteligencia artificial e impacto en las Ciencias Sociales”, durante las Jornadas Académicas 2024 de la Universidad de Colima.
El académico explicó que la IAG es un tipo de tecnociencia contemporánea que estudia el comportamiento e interviene en la resolución de problemas mediante una máquina. “Se enfoca en crear sistemas computacionales capaces de imitar las capacidades cognitivas humanas como pensar, representar, aprender e interactuar con los usuarios”.
Tafoya Ledesma señaló que la IAG tiene el potencial de transformar la forma en que las Ciencias Sociales se acercan a la investigación; “su capacidad para generar contenido original y su aplicación en la investigación social demuestran su impacto en la comprensión del mundo”.
Sin embargo, el académico también advirtió sobre los riesgos que plantea la IAG, como la privacidad digital y la seguridad, así como desafíos éticos importantes.
“Existe el riesgo de que la IAG sea utilizada para cometer delitos como fraudes o robo de identidad”, dijo Tafoya Ledesma. “Es importante que se tomen medidas para asegurar que la IAG sea accesible para todos los ciudadanos, así como para promover su uso responsable”.
En cuanto a los riesgos en la educación, Tafoya Ledesma comentó que uno de los principales retos es la falta de capacitación y conocimiento de los educadores sobre cómo utilizar la IAG de manera efectiva en el aula.
“Otro riesgo es que la IAG pueda sustituir el proceso de creación de conocimiento crítico, reflexivo y creativo por parte de los y las estudiantes”, dijo Tafoya Ledesma. “Es importante que los educadores estén conscientes de estos riesgos y que tomen medidas para mitigarlos”.
En conclusión, Tafoya Ledesma dijo que la IAG tiene el potencial de ser una herramienta poderosa para las Ciencias Sociales, pero es importante abordar sus desafíos éticos para garantizar que se utilice de manera responsable.