Niños y niñas de entre 11 y 15 años tomaron las armas para cuidar de su comunidad, en el municipio José Joaquín de Herrera del estado de Guerrero, mientras un grupo de adultos salió a buscar a una familia desaparecida desde el pasado 19 de enero.
Este miércoles (24), en la comunidad indígena de Ayahualtempa, municipio de José Joaquín de Herrera, integrantes de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitaria-Pueblos Fundadores (CRAC-PF) tomaron protesta como integrantes a un grupo de 5 niñas y 15 niños, a quienes “armaron”, aunque algunos solo tenían carrizos a manera de rifles.
El integrante de la CRAC-PF, Luis Morales Rojas, miembro del Consejo del Gobierno Náhuatl, dijo que los jóvenes de mayor edad se integrarán a la búsqueda 4 integrantes de una familia que fue secuestrada el pasado 19 de enero, y que los demás harán labores de vigilancia.
A los niños, contó, se les capacitó en el manejo de armas como rifles calibre 22, escopetas de calibres 20, 16 y 410, así como pistolas.
En el acto llevado a cabo durante la asamblea a la que asistieron la mayoría de los cerca de mil asistentes de origen nahua, exigieron al presidente Andrés Manuel López Obrador y a la gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado, que ayuden a la localización de la familia indígena.
La familia está integrada por Cecilia Gaspar Hernández, de 50 años; su esposo José Teodoro Domingo Ortiz, de 52, y sus hijos Roberto y Gaudencio, de 30 y 22 años, respectivamente, quienes el 19 enero fueron secuestrados en el punto conocido como Zacatepec, donde pastoreaban su ganado.
En la cancha deportiva del poblado, los menores, la mayoría con rifles y escopetas, aunque algunos solo con carrizos, mostraron movimientos de entrenamiento armado.
La decisión de integrar a menores a la CRAC-PF fue de la asamblea llevada a cabo el pasado lunes por el Consejo Tradicional del Gobierno Náhuatl, el Comisariado de Bienes Comunales, comisarios municipales y la CRAC-PF, “ante el resurgimiento de la violencia” que ha permeado en municipios colindantes con la región Montaña, de la que responsabilizan al grupo delictivo Los Ardillos.
“Los que nos están acribillando, los que están secuestrando a nuestra gente son Los Ardillos (grupo delictivo). Tenemos conocimiento de que hay comunidades que están controladas por ellos, pero nosotros no hemos provocado a nadie, nos provocan a nosotros, por eso pedimos a las autoridades municipal, estatal y federal que nos apoyen con agentes de seguridad”, expresó Morales Rojas.
Tras la asamblea, las autoridades comunitarias reiteraron que la actuación de su policía comunitaria es legal, por lo que exigieron respeto y que ninguna autoridad levante acusación alguna.