La economía de Gaza va a sufrir un impacto tan grande por la guerra con Israel que su PIB se va a desplomar un 24% en 2023 con respecto al año anterior, una cifra que aún es mayor (-26.1%) en el caso del PIB per cápita.
Esta es la proyección que este miércoles publicó la Conferencia de la ONU para el comercio y el desarrollo (UNCTAD, en inglés) en su informe sobre “el deterioro social y económico en Gaza”, que utiliza novedosas imágenes por satélite que se incorporan a los datos oficiales.
La guerra lanzada por Israel contra la franja tras los ataques de Hamas el 7 de octubre llegó en un momento en que la economía de Gaza ya estaba seriamente afectada, pues había registrado un decrecimiento del PIB en un 4.5% en los 3 primeros trimestres, es decir, justo antes de esos ataques.
Ya entonces, con la población sufriendo un confinamiento colectivo, dos tercios de la población de Gaza vivían en la pobreza, y el desempleo alcanzaba al 45% de la población, que sufría además de un deficiente acceso al agua y la electricidad y un pobre alcantarillado.
Aun en el caso de que la guerra cesara hoy mismo y la reconstrucción empezase de inmediato, Gaza no recuperaría los niveles de 2022 hasta 2092, de continuar con el crecimiento anterior, que entre 2007 y 2022 tuvo un promedio de 0.4%.
En el escenario más optimista de que ese crecimiento escalase al 10% anual, llegar al nivel de 2006 (año previo al bloqueo de Israel) solo sería posible en 2035.
Si en la guerra de 2014 hicieron falta unos compromisos financieros de 3,900 millones de dólares por parte de la comunidad internacional, en la actualidad esa cifra tendrá que multiplicarse “varias veces”, señala el informe.
La organización recuerda que la guerra actual ha desplazado al 85% de la población y que la franja, en su práctica totalidad, “se ha convertido en prácticamente inhabitable con la población careciendo de fuentes de ingresos, acceso al agua, salud o educación”.
“Un retorno al estatus pre-conflicto no es una opción”, recuerda el informe, que subraya la alta dependencia de la población gazatí de la asistencia internacional, aun sin contar el conflicto actual.
Pero incluso la asistencia extranjera no ha hecho sino menguar en los últimos años: si en 2008 fue de 2 mil millones de dólares, bajó a 550 millones en 2022.
Para la UNCTAD, la solución a todos estos problemas pasa forzosamente por “poner fin a las operaciones militares, acabar con el bloqueo (de Israel) y avanzar en la solución de 2 Estados según las fronteras previas a 1967”.