El Ejército ruso está acumulando fuerzas en el frente de Avdivka con el fin de rodear y tomar ese importante bastión de la región de Donetsk de cara a las elecciones rusas del 17 de marzo, en las que el presidente Vladímir Putin, aspira a la reelección con la victoria en el campo de batalla como bandera.
La aviación lanzó en las últimas cuatro semanas más de 600 bombas sobre la localidad, según la prensa ucraniana, donde varios miles de soldados ucranianos defienden el orgullo patrio sin apenas munición ni refuerzos.
La ley sobre movilización, que ya fue aprobada en primera lectura en la Rada Suprema, debería solucionar, teóricamente, esas acuciantes carencias, a las que la prensa estadounidense ha aludido en las últimas semanas mientras el Congreso se resiste a apoyar un nuevo paquete de ayuda militar para Kiev.
Situación crítica
Según informó el influyente canal de Telegram ucraniano Deepstate, las fuerzas rusas controlan casi una quinta parte del territorio de la localidad, por lo que ha calificado la situación de “crítica y caótica”.
“A día de hoy el enemigo ha ocupado cerca del 18% de la ciudad y continúa presionando”, escribió DeepState, que informa de avances rusos en varias zonas residenciales del municipio y en sus alrededores.
Mientras, el jefe de la Administración Militar de Avdivka, Vitali Barabash, aseguró que la situación “no es crítica” y puso en duda la credibilidad de algunas de las informaciones que ha emitido dicho canal
Aunque, a renglón seguido, reconoció que el enemigo despliega cada vez más fuerzas en todos los flancos para conseguir su objetivo de cercar, al tiempo que realiza incursiones con saboteadores.
Según el parte de hoy del Estado Mayor de Kiev, las tropas ucranianas repelieron durante la jornada del miércoles hasta 40 ataques en la zona de Avdivka.
En el marco de esas operaciones derribaron un helicóptero de asalto ruso Ka-52 (Alligator, según los estándares de la OTAN).
El asedio continúa
Ante el silencio oficial los blogueros militares rusos destacan que “los combates continúan en el norte de la ciudad”, donde los soldados rusos habrían logrado “ocupar posiciones en el viaducto” de Avdivka.
Tras superar la periferia industrial, las unidades rusas intentan avanzar por la zona residencial hacia el parque de automóviles en los límites de la ciudad.
“Por ahora no hemos conseguido rodear al enemigo. No tenemos más remedio que atacar frontalmente”, señalan.
La toma del bastión ucraniano sería un regalo electoral para Putin, que se quedó hoy sin rivales en los comicios presidenciales al excluir al único candidato que aboga por el cese de las hostilidades, Boris Nadezhdin, algo que lamentó también Kiev.
En su comentario diario sobre la guerra en Ucrania, la inteligencia militar británica también habló de un relevo de tropas rusas en el frente de Avdivka.
La nota menciona asimismo constantes ataques rusos en los límites sureste de la localidad, en cuyo interior, agrega, se suceden los combates urbanos “calle por calle”.
Movilizar para no retroceder
Kiev confía en que la movilización le permita recuperar la iniciativa no sólo en Avdiva sino en todo el frente, aunque la ley, que ya era muy impopular, ha provocado una auténtica guerra civil en la Rada.
El nuevo documento redujo a 25 años la edad de llamado a filas y decretó la obligación de ofrecer a los movilizados entre 2 y 3 meses de entrenamiento antes de enviarlos al frente.
El líder del partido presidencial, Servidor del Pueblo, David Arajamia, admitió hoy que el proyecto recoge cláusulas punitivas muy dudosas como es el bloqueo de cuentas bancarias para los evasores.
“No veo en la Rada a quienes puedan apoyar algo así”, dijo y añadió que es necesario alcanzar un compromiso entre “los intereses del mando militar, los empresarios y los ciudadanos”.
En una demostración de que las divisiones han alcanzado al Gobierno son las declaraciones del secretario del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa de Ucrania, Oleksí Danílov, de que principalmente la ley de movilización debe ser “justa”.
“No puede ser que mientras unos defienden a su país otros estén de brazos cruzados”, dijo.
El debate coincide con un artículo de The Washington Post en el que soldados ucranianos temen que, en un efecto dominó, el frente se derrumbe como le ocurrió a los rusos en agosto-septiembre de 2022 en la región nororiental de Járkov.
Consciente del hartazgo de los militares ucranianos que llevan casi 2 años combatiendo sin apenas descanso, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, propuso a la Rada aprobar, al mismo tiempo, una ley de desmovilización después de 24 meses de servicio.