Los candidatos independientes respaldados por el partido del exprimer ministro encarcelado Imran Khan lograron este viernes el mayor número de escaños en las elecciones de Pakistán, aunque sin opciones de lograr una mayoría suficiente para gobernar.
De los resultados anunciados para 236 de los 265 escaños elegidos en la Asamblea Nacional de Pakistán (NA, Parlamento), la fuerza de independientes liderada por el partido de Khan, el Pakistán Tehreek-e-Insaf (PTI), aseguró 96 escaños, según los últimos datos emitidos por la Comisión Electoral de Pakistán (ECP).
Le sigue la Liga Musulmana de Pakistán-N, de la que el 3 veces primer ministro Nawaz Sharif es líder, con 66 asientos asegurados y, por detrás, el Partido Popular de Pakistán (PPP), liderado por Bilawal Bhutto-Zarzadi, con 51.
Los candidatos independientes se consagrarían como la primera fuerza de estas elecciones, a falta de que se den a conocer los últimos 29 escaños.
Aunque no todos los candidatos que lo integran apoyan a Khan, el grupo entero tampoco suma los votos suficientes (133) para constituir una mayoría que les permita gobernar.
Nawaz Sharif busca el trono
A poco de concluir el escrutinio que pondrá cara a los representantes del país por los próximos 5 años, el líder del PML-N, Nawaz Sharif, invitó a formar un Gobierno de coalición junto a las principales fuerzas que lideran el recuento electoral de Pakistán ante la remota probabilidad de que alguna fuerza logre reunir una mayoría de escaños de la Asamblea que le permita gobernar.
El 3 veces exprimer ministro dijo que le cedía el mandato a su hermano, el también exprimer ministro de la nación Shehbaz Sharif, si ello implicaba involucrar a otras formaciones en este gobierno de coalición que sugiere.
Por su parte, el PTI ha denunciado en varias ocasiones los cambios en los resultados de algunos distritos electorales para otorgarle la victoria a su rival político más directo, el PML-N.
Los supuestos intentos de fraude electoral provocaron un estallido de violencia en la provincia de Khyber Pakhtunkhwa (KP), en el que al menos 2 miembros de la formación murieron y otros 9 resultaron heridos cuando partidarios de la formación de Khan y el PML-N se enfrentaron durante el recuento de votos.
Un resultado inesperado
El resultado en favor del PTI es un escenario inesperado para estas elecciones, ya que la exestrella de criquet quedó excluida de la carrera electoral, acorralada por más de un centenar de casos judiciales y 3 condenas dictadas la semana pasada que le mantienen en prisión.
El partido no solo afrontó estas elecciones con su principal líder y más allegados colaboradores presos, pues la Corte Suprema también le despojó de los símbolos e identidad justo un mes antes de las elecciones, obligando a su candidato a medirse como candidatos independientes.
Esta decisión fue un gran golpe para la maquinaria del PTI, que tuvo que poner su empeño en orientar al mayor número de votantes a identificar sus candidatos entre otros cientos inscritos en las listas.
Hasta ayer, el escenario más anticipado para Pakistán era una victoria de la Liga Musulmana (PML-N), en parte por la ventaja que supone tener a Khan en prisión, pero sobre todo por el tácito apoyo del poderoso Ejército de Pakistán, visto como el verdadero poder que controla el país.
Pakistán es constitucionalmente una república parlamentaria democrática, por lo que en estas elecciones un partido necesita ganar una mayoría de 133 escaños para poder formar gobierno.
La Asamblea Nacional paquistaní tiene en realidad 266 escaños, aunque ayer fueron elegidos 265 representantes después de que la EPC decidiera suspender la elección de una circunscripción.