Al menos 51 personas migrantes marroquíes y subsaharianos entraron a nado a la ciudad española de Ceuta, en el norte de África, entre ellos 10 menores de edad, y un joven falleció ahogado en el intento.
Las entradas clandestinas a través de un espigón fronterizo se produjeron desde primeras horas de la madrugada de este sábado, llegando la mayoría de los inmigrantes con heridas y contusiones por los golpes con las rocas de la zona.
Un joven marroquí falleció ahogado cuando pretendía entrar a nado en la ciudad, una de las dos fronterizas con Marruecos que España tiene en territorio africano, y su cuerpo fue arrastrado por las corrientes hasta la zona del espigón fronterizo que separa Ceuta del país vecino.
La Cruz Roja prestó asistencia sanitaria a estos migrantes, algunos de ellos con síntomas de hipotermia y otros con síntomas de agotamiento.
De forma paralela a las entradas por la vía marítima se advirtió también el acceso de 2 jóvenes subsaharianos, ambos de Mali, de 19 y 22 años, que lograron entrar a través del doble vallado fronterizo -de 10 metros de altura- que separa la ciudad de Marruecos.
Igualmente, 4 personas procedentes de Guinea Conakry y de edades comprendidas entre los 18 y los 24 años, también accedieron a nado.
Todos los migrantes fueron llevados a la Jefatura Superior de la Policía para ser identificados.
En el caso de los adultos son trasladados al Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) mientras que los menores de edad, que en su mayoría tienen entre 15 y 17 años, son llevados al centro de acogida de La Esperanza, donde ya hay unos 240 menores a pesar de que su capacidad es de unas 130 plazas.
Según informaron a EFE fuentes policiales y sanitarias, los migrantes aprovecharon una jornada con muy adversa climatología en la ciudad para acceder, en la creencia de que estos días suele existir una menor presencia policial y que el mar favorece su travesía por las corrientes.
De hecho, la Agencia Estatal de Meteorología mantiene activa en la ciudad la alerta amarilla por riesgos de lluvias, vientos fuertes y mala mar, con vientos que están superando los 60 kilómetros por hora.