El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha mejorado este martes una décima su previsión de crecimiento mundial, hasta el 3.2%, y ha destacado la “sorprendente resiliencia” de la economía pese a las tensiones geopolíticas de las guerras de Ucrania y Palestina y la cada vez mayor fragmentación del comercio.
“En nuestro informe encontramos que la economía global sigue siendo bastante resistente. Aunque existen diferencias entre regiones y países, a pesar de muchas predicciones sombrías, la economía global se ha mantenido estable y la inflación ha regresado a su objetivo con bastante rapidez”, apuntó en una conversación con medios el economista jefe del FMI, Pierre-Olivier Gourinchas.
En el marco de las reuniones de primavera del Banco Mundial y el FMI, el organismo ha publicado su último informe de perspectivas de crecimiento (WEO, por sus siglas en inglés), que actualiza las últimas cifras, publicadas en enero pasado.
En ellas mejora una décima las perspectivas económicas mundiales para este año, mientras que para 2025 mantiene sus pronósticos previos y prevé que la economía crecerá también un 3.2%.
El FMI eleva 2 décimas las previsiones de crecimiento de las economías avanzadas hasta el 1.7% este año gracias a las buenas perspectivas de la economía estadounidense, que crecerá el 2.7% este año, y mantiene en el 1.8% las de 2025.
La zona euro continúa empeorando sus previsiones y crecerá una décima menos de lo estimado en enero, el 0.8%, por el empeoramiento del crecimiento de Alemania (3 décimas, hasta el 0.2%) y de Francia (también 3 décimas y el 0.7%).
El PIB de Italia avanzará también el 0.7% (sin cambios respecto a enero), mientras que España es el único país de las 4 economías más importantes de la UE que mejora: 4 décimas, hasta el 1.9%.
En cuanto a las economías emergentes, el FMI también aumenta una décima su estimación de crecimiento para este año, hasta el 4.2%, la misma cifra que en 2025.
La previsión sobre la economía de China se mantiene en el 4.6%, mientras que la de Latinoamérica y el Caribe mejoran una décima, hasta el 2%.
La inflación se modera y bajarán los tipos
Según cálculos del FMI, la inflación media mundial en este 2024 será del 5.9% y se reducirá el próximo año al 4.5%.
Aún así, todavía existen riesgos de que se reviertan las bajadas producidas en los últimos meses, por lo que el FMI recomienda a los bancos centrales que “permanezcan alerta” y estudien cuidadosamente cuándo bajar los tipos, algo que según la institución sucederá en la segunda mitad de este año.
Aunque el resiliente crecimiento global muestra que “la pandemia dejará menos cicatrices económicas” de las esperadas, apuntó Gourinchas, es preocupante que la tasa de crecimiento a medio plazo siga siendo históricamente baja.
Según las últimas previsiones, dentro de 5 años la economía crecerá en torno al 3.1%, la cifra más baja en décadas.
Fragmentación y tensiones
Esto se debe en gran parte, señala el FMI, a la cada vez mayor fragmentación geopolítica y a la reversión de la integración económica transfronteriza impulsada por políticas proteccionistas, que está teniendo consecuencias como la limitación de los flujos internacionales de bienes, servicios, capital y trabajadores.
De hecho, el FMI rebajó en 3 décimas el crecimiento del comercio mundial en 2024 y 2025, hasta el 3% y el 3.3% respectivamente, cifras que están “por debajo del nivel histórico”.
La fragmentación geoeconómica generará también “fricciones comerciales” y causará una “reorganización de los vínculos comerciales globales” que podría pesar sobre la actividad global en el futuro, señala el organismo.
Como hace en cada actualización del WEO, el FMI dibuja un escenario de riesgos que podrían empeorar las previsiones, entre los que menciona una escalada del conflicto en Oriente Medio, que podría empezar a materializarse este fin de semana con el ataque de Irán a Israel.
Si la inestabilidad crece, afirma el informe, habrá un aumento de los precios del petróleo y de los costes del transporte.
La geopolítica, señala el FMI, podría complicar el proceso de desinflación en curso y retrasar la flexibilización de las políticas de los bancos centrales, con efectos negativos en el crecimiento económico mundial.