El Producto Interno Bruto (PIB) de Estados Unidos creció un 1.6% en el primer trimestre de este año, cifra por debajo del incremento del 2.2% que pronosticaban los analistas, según los datos publicados este jueves por el Departamento de Comercio.
Esta cifra preliminar muestra un crecimiento menor de lo esperado de la economía estadounidense entre enero y marzo de este año y supone una bajada del 1.8 puntos porcentuales con respecto al vigoroso avance del PIB del 3.4% registrado en el último trimestre de 2023.
Sin embargo, los datos publicados por el Departamento de Comercio muestran que la economía estadounidense se asienta sobre una base sólida, pese a que el dato está por debajo del 2.1% que los pronósticos de la Reserva Federal proyectan para el conjunto del año 2024.
El gasto de los consumidores, principal motor del crecimiento económico, registró un avance del 2.5%, según las mismas cifras publicadas este jueves.
En un comunicado, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, consideró que los datos muestran que “la economía estadounidense se mantiene fuerte, con un crecimiento continuo, estable y sólido”.
Sin embargo, reconoció que “queda más trabajo por hacer”, ya que “los costes son demasiado elevados para las familias trabajadoras”, y prometió seguir trabajando para la clase media con el fin de reducir el precio de la atención sanitaria, abaratar el coste de la vivienda y terminar con las “tarifas abusivas” que cobran algunas aerolíneas o bancos.
La economía estadounidense cerró 2023 con una expansión promedio del PIB del 3.1%, disipando los temores de recesión tras la pandemia de Covid-19 y pese al endurecimiento de la política monetaria por parte de la Reserva Federal (Fed) para contener la inflación.
Pese a esos miedos, Estados Unidos ha seguido superando el crecimiento del resto de las principales economías avanzadas del Mundo.
Este mes, el Fondo Monetario Internacional (FMI) proyectó que la mayor economía mundial crecerá un 2.7% en 2024, seis décimas más de lo que preveía en enero y por encima del crecimiento esperado de otras economías como Alemania, Francia, Japón y el Reino Unido.
Sin embargo, la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, advirtió la semana pasada que la contrapartida del sólido crecimiento económico de Estados Unidos es que está retrasando más de lo previsto que la inflación se acerque al objetivo del 2% fijado por la Fed, pese a que los precios han bajado notablemente desde el pico de mediados de 2022.
Por su parte, en su último Libro Beige, la Fed auguró este mes que la inflación se mantendrá estable en el futuro próximo, lo que apunta a que los tipos de interés altos se mantendrán más de lo previsto.
En marzo, la inflación interanual repuntó 3 décimas, hasta el 3.5%, su segundo incremento mensual consecutivo.
El presidente de la Fed, Jerome Powell, ha reconocido avances más lentos de lo esperado y ha insistido en que no se plantea recortes de tipos hasta no tener la confianza de que los precios se acercan de forma sostenible hacia la meta del 2%.
Un crecimiento más débil del esperado con la inflación alta puede complicar la marcha de la política monetaria estadounidense, al tiempo que en un año electoral el desempeño económico es clave para la administración de Joe Biden, que está por detrás del republicano Donald Trump en estados clave, según las encuestas.
Los tipos de interés, que marcan el precio de tomar dinero prestado, se mantienen desde julio de 2023 en una horquilla del 5.25% al 5.5%, su máximo nivel desde 2001.