La manifestación sindical unitaria con ocasión del 1 de mayo, Día del Trabajo, en París degeneró en disturbios cuando algunos grupos radicales atacaron comercios de la capital, lo que provocó la intervención de las fuerzas del orden que dieron lugar a detenciones.
Fuentes policiales citadas por los medios indicaron que habían sido arrestadas al menos 25 personas y 917 habían sido controladas, aunque subrayaron que esas cifras eran todavía provisionales.
Los incidentes se produjeron en una avanzadilla de la marcha, que había salido de la plaza de la República en dirección a la plaza de la Nación, cuando grupúsculos violentos salieron de ese cortejo y atacaron varias tiendas en las que causaron desperfectos, así como diferente mobiliario urbano.
Los antidisturbios trataron de impedir esas acciones y utilizaron gases lacrimógenos.
Más tarde, los violentos incendiaron también al menos una furgoneta y se inició una pequeña batalla campal en la avenida Daumesnil, en las proximidades de la plaza de la Bastilla.
El grueso del desfile había discurrido hasta entonces con cierta normalidad. Los responsables sindicales, entre los que estaba la Secretaria General de la Confederación General del Trabajo (CGT), Sophie Binet, llevaban una pancarta en la que se podía leer: “Paz y justicia social para las trabajadoras y trabajadores en Ile de France y en el Mundo”.
Por la mañana también hubo altercados en la manifestación del 1 de mayo que se desarrolló en el centro de Lyon, donde algunos alborotadores destruyeron, en particular, las vitrinas de varias sucursales bancarias. Hubo al menos 17 detenidos.
Las movilizaciones del 1 de mayo de este año en Francia tienen una dimensión muy inferior a la del pasado año, cuando la protesta contra la reforma de las pensiones sacó a la calle a cerca de 800 mil personas, según la policía y hasta 2,3 millones, según la CGT. Esta vez, los servicios de información de la policía esperaban “menos de 150 mil personas” en todo el país, donde estaban convocadas al menos 265 marchas.
