El expresidente de Bolivia y líder del oficialista Movimiento al Socialismo (MAS), Evo Morales (2006-2019), advirtió que será candidato presidencial de su partido para las elecciones presidenciales de 2025 “a las buenas o a las malas”, durante un mensaje a sus seguidores en la región de Cochabamba, su bastión político y sindical.
Morales aseguró que se encuentra habilitado para ser candidato, pese a que el Tribunal Constitucional Plurinacional boliviano dictó una sentencia en diciembre en la que señala que la elección indefinida “no es un derecho humano”.
Esta sentencia indica que una persona puede ser presidente del país por solo 2 periodos, ya sea de forma continua o discontinua.
El exmandatario gobernó durante 3 periodos: de 2006 a 2010, de 2010 a 2014; y de 2014 a 2019.
“Hasta este momento estamos habilitados para ser presidente legal y constitucionalmente, eso no está en debate. Lo que están haciendo es ver cómo con los autoprorrogados buscan cómo eliminar, cómo inhabilitarme. Esa es la pelea y no están pudiendo”, afirmó Morales.
El expresidente también dijo que cuenta con el apoyo y “es defendido” por “gobiernos de izquierda de América Latina”, y señaló como sus aliados a los presidentes Lula da Silva, de Brasil, y Nicolás Maduro, de Venezuela.
Asimismo, agregó que si no quieren habilitarlo como candidato “a las buenas” será “a las malas” y que esto lo logrará con “movilizaciones”.
Por su parte, los sectores sociales afines al exjefe de Estado se encuentran reunidos para tomar medidas en contra el congreso del MAS, impulsado por el Gobierno de Luis Arce, que se lleva a cabo en la ciudad de El Alto y concluirá el domingo.
Morales llamó a sus seguidores a “movilizarse” en contra del congreso de los sectores cercanos al presidente y les ordenó que “se preparen para salir a las calles”.
El bloque que apoya a Morales convocó su propio congreso del partido gobernante para el próximo 10 de julio en la población de Villa Tunari, en el Trópico de Cochabamba.
Arce y Morales están distanciados desde 2021, y el año pasado sus diferencias se profundizaron por la realización de un congreso nacional del partido en el que, en ausencia del mandatario y de sus sectores leales, el expresidente fue ratificado como líder del MAS y nombrado “candidato único” para las elecciones de 2025.
El presidente no asistió a ese encuentro al considerar que las organizaciones sociales, base del MAS, no estaban debidamente representadas.
Las tensiones aumentaron después de que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) decidiera anular el congreso de 2023 e instruir que se convocara a uno nuevo consensuado, algo en lo que tampoco se han puesto de acuerdo ambas facciones oficialistas.