El papa Francisco pidió este jueves que se reconozca “una especie de ‘deuda ecológica‘” con los países del “Sur del Mundo y los Estados insulares” afectados por las catástrofes climáticas para “ayudar a la mitigación del cambio climático”.
“Debe desarrollarse una nueva arquitectura financiera que responda a las necesidades del Sur del Mundo y de los Estados insulares gravemente afectados por las catástrofes climáticas”, señaló el pontífice en una audiencia con miembros de las academias pontificias de las Ciencias presentes en la cumbre sobre el clima que se celebra estos días en el Vaticano.
En ese contexto, “la reestructuración y reducción de la deuda, junto con el desarrollo de una nueva Carta Financiera Global para 2025, reconociendo una especie de ‘deuda ecológica’, puede ser de gran ayuda para mitigar el cambio climático”.
El papa, impulsor de la reunión sobre el cambio climático en la Santa Sede con la presencia de numerosos alcaldes, como los de Roma, París, Londres y Sao Paulo, así como expertos y miembros de la sociedad civil, destacó que las poblaciones más pobres “tienen muy poco que ver con las emisiones contaminantes” y “deberían recibir un mayor apoyo y protección”.
“Los 3 mil millones de personas más pobres contribuyen con menos del 10%, pero soportan el 75% de las pérdidas resultantes. Los 46 países menos desarrollados – en su mayoría africanos – representan solo el % de las emisiones mundiales de CO2”, sostuvo Francisco.
E incidió en que “las naciones del G20 son responsables del 80% de estas emisiones” y que, en el cambio climático, “las mujeres y los niños soportan una carga desproporcionada”.
Francisco abogó por “reforzar la resiliencia, especialmente la resiliencia a la sequía” a través de “la reducción de las emisiones, la educación sobre estilos de vida, el financiamiento innovador y el uso de soluciones probadas basadas en la Naturaleza”.
El pontífice reconoció que “el camino es difícil y está plagado de peligros” pero recordó que “la contaminación atmosférica mata prematuramente millones de vidas cada año”.
Como iniciativas a impulsar, el papa pidió también “un enfoque universal y una acción rápida y decidida”, así como “invertir la curva del calentamiento” y “eliminar las grandes cantidades de dióxido de carbono de la atmósfera mediante una gestión medioambiental que abarque varias generaciones”.
“Es necesario actuar con urgencia, compasión y determinación, porque la apuesta no podría ser mayor”, sentenció Francisco.
La cumbre internacional sobre el Clima impulsada por Francisco, en la que también participan investigadores, políticos y religiosos, aborda las crisis energéticas y alimentarias, además de presentar las “mejores prácticas” puestas ya en marcha en ambos ámbitos, explicó el Vaticano.
El objetivo de la reunión, que sigue la línea de las 2 encíclicas que el papa Francisco – “Laudato si” y “Laudate Deum” – dedicadas a la ecología integral, es “entender los retos científicos y sociales del cambio climático y recomendar soluciones para que las personas y los ecosistemas sean resilientes”, aseguró el Vaticano.