El expresidente republicano Donald Trump (2017-2021) dio un inusual mitin en El Bronx, Nueva York, un feudo demócrata en el que fue recibido por un público entregado al que encendió con sus temas habituales de campaña, especialmente la inmigración, y hasta con lecciones de vida.
A sus 77 años, Trump mostró una gran energía en la hora y media que duró el mitin en Crotona Park ante miles de personas, de gran diversidad en raza y edades y que le mostraron un apoyo fervoroso, mientras un imponente despliegue policial separaba a los escasos manifestantes antitrumpistas que se atrevieron a aparecer.
En un distrito en el que más de la mitad de la población es hispana y más de un cuarto negra, el candidato republicano a las próximas presidenciales argumentó que “millones” de inmigrantes están dejando vacías las cárceles de sus países, entrando ilegalmente en EUA y cometiendo “crímenes migrantes”.
Entre gritos de “Send them back” (depórtalos) y “Build the wall” (construye el muro), Trump prometió “la mayor deportación criminal de la historia” e incluso sugirió que los inmigrantes “están creando un ejército desde dentro” porque “suelen tener buen físico, entre 19-25 años, casi todos son hombres, y están en edad de luchar”.
El político eligió anécdotas de las que más escuecen, como el “ataque de una banda migrante a policías” en Times Square o el uso de una escuela como refugio migrante en Brooklyn, y recuperó de su anterior campaña una historia metafórica sobre una serpiente (el emigrante) rescatada de la calle por una mujer a la que luego el animal traiciona y muerde.
El expresidente cumplió casi todas las apuestas y se proclamó más capaz que su rival, el presidente demócrata Joe Biden, en numerosas ocasiones, aunque con una declaración arriesgada: para cuestionar las capacidades del líder demócrata, afirmó que los líderes de China, Corea del Norte y Rusia están “en la cima del Mundo”.