El presidente Andrés Manuel López Obrador negó endurecer las deportaciones de migrantes tras la llamada de esta semana con su homólogo estadounidense, Joe Biden, y la nueva orden ejecutiva de Washington para restringir el asilo en la frontera.
El mandatario respondió en su conferencia matutina a un reportero de La Jornada que le preguntó si han incrementado los operativos contra migrantes tras conversar con Biden el martes sobre la nueva orden en EUA.
“No. Ustedes en La Jornada, que son excepcionales, no quiero generalizar, pero a veces quisieran mandar el mensaje de que somos iguales, de que no hubo cambio. Nosotros no desaparecemos, nosotros no violamos derechos humanos, nosotros no torturamos, nosotros no reprimimos”, contestó el mandatario federal.
López Obrador descartó un impacto en México por la nueva medida de Biden que permitirá a las autoridades estadounidenses deportar a quienes no superen estrictos estándares de asilo cuando se supere la cifra de 2,500 detenciones diarias en la frontera durante un promedio de 7 días.
La preocupación de que México también restrinja la migración creció durante la madrugada de este jueves, cuando agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) y la Guardia Nacional (GN) desalojaron un campamento con entre 300 y 500 migrantes en el barrio Juárez del centro de Ciudad de México.
Las autoridades mexicanas subieron a autobuses a los extranjeros, quienes acampaban cerca de las oficinas de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar), para llevárselos a estados vecinos, como Morelos, Puebla e Hidalgo.
“No tengo información”, insistió varias veces López Obrador, quien prometió detallar el operativo más tarde.
Los hechos ocurren mientras la migración irregular interceptada por México se triplicó en el primer trimestre del año hasta un récord de casi 360 mil personas.
Biden y López Obrador acordaron en abril “trabajar juntos para implementar de inmediato medidas concretas con el fin de reducir significativamente los cruces fronterizos irregulares”.
El presidente prometió ahora cooperar con Estados Unidos ante la nueva orden ejecutiva, incluyendo los vuelos para deportar a migrantes, pero insistió en su petición de retornar “de forma directa” a los extranjeros a sus países, en lugar de a México.
“Estamos ayudando para que se acepte en los países donde ellos (EUA) no tienen buena relación, el que puedan tomar medidas de deportación, aunque nosotros no quisiéramos que deportaran a nadie, porque la migración no es por gusto es por necesidad”, insistió.