Los pueblos originarios de México conmemoran este Día Internacional de los Pueblos Indígenas en medio de un creciente conflicto armado en el sur del país y violaciones a sus derechos humanos, pese a la promesa del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador de atender sus históricos reclamos.
Líderes indígenas del estado de Chiapas señalaron a EFE que “aún no se concreta un diálogo real con el Gobierno de López Obrador”, que “se muestra indiferente ante las demandas pendientes para el bienestar de los pueblos”, como el derecho a una vida libre de violencia y al territorio.
En este Día Internacional de los Pueblos Indígenas, que estableció la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 1994, los habitantes originarios advirtieron de que Chiapas está en una crisis social y “una guerra no declarada” entre grupos criminales que han desplazado a las comunidades.
“Queremos coadyuvar, queremos que se nos reconozcan los derechos plenos, que se nos escuche y que no sea a través de intermediarios”, dijo Margarita Gutiérrez Romero, líder de mujeres indígenas de Chiapas, en entrevista con EFE.
Entre la reivindicación y el abandono
México es uno de los países con más población indígena de América, con más de 23 millones de personas que se asumen como tal en un país de 126 millones de habitantes, de los que cerca de 7 millones hablan un idioma originario, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
El presidente López Obrador resaltó este miércoles su política hacia los habitantes originarios al firmar un decreto para proteger los lugares sagrados y territorios de los pueblos indígenas de Nayarit, Jalisco, Durango, San Luis Potosí y Zacatecas.
“Por una cuestión de principios, mi Gobierno ha tomado la decisión de reconocer y proteger las culturas y valores espirituales de nuestros pueblos, que son el corazón del México profundo y la verdad más íntima de nuestra patria”, sostuvo el mandatario en su rueda de prensa matutina.
Gutiérrez Romero reconoció los avances, pero advirtió de pendientes como la seguridad, la impartición de justicia, la salud y la inclusión de las mujeres, que aún viven en la marginación.
“Las mujeres indígenas ya no queremos seguir siendo tuteladas, creo que hay demasiada capacidad, hay demasiadas leyes a la luz a nivel mundial, a nivel nacional y a nivel local”, dijo la líder indígena.
La activista indicó que, a pesar de que hay instituciones que generan políticas públicas, estas no corresponden a la realidad y no hay una representación real a favor de los pueblos indígenas.
“Nos siguen aplastando, nos siguen usurpando, o sea, nos creen como menores de edad y eso es parte de la política vieja y añeja, entonces ¿dónde está (el lema del presidente de) primero los pobres? ¿Dónde están primero los pueblos indígenas? Eso lo hemos dicho”, sentenció.
Una guerra contra los pueblos
Organizaciones sociales e indígenas advirtieron desde mayo de una “guerra civil” en Chiapas, donde grupos criminales han asesinado a decenas de pobladores originarios, los han despojado de sus tierras y han realizado ataques, en particular contra quienes apoyan al Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).
Miguel Ángel Villanueva, líder campesino de la zona fronteriza de México con Guatemala, expuso que en este año ha incrementado la tensión por las cuestiones migratorias, el tráfico de personas y por los grupos delictivos que se disputan la zona.
El hombre denunció la falta de atención de las autoridades, aunque López Obrador aseguró en una visita a Chiapas el 23 de junio que “en general hay paz y tranquilidad”.
“Se sigue dando la problemática, la delincuencia, los problemas magisteriales y de otros tipos, organizaciones siguen gritando y organizando, pero no hay respuesta, no hay resultados”, lamentó el líder.
La preocupación de los líderes de organizaciones civiles y defensores de los derechos humanos de los indígenas es que esta violencia se radicalice aún más por el contexto de las elecciones de junio de 2024, cuando los grupos criminales y de poder buscarán imponer a sus protegidos.