Wall Street cerró el mes de junio y, a su vez, un primer semestre de 2024 donde las altas expectativas por la inteligencia artificial (IA) y la ralentización de la inflación han impulsado la confianza de los inversores más de lo esperado.
El Nasdaq, con un fuerte componente tecnológico, lideró los avances durante la primera mitad del año, subiendo cerca de 20%; seguido del selectivo S&P 500, que se revaloriza en aproximadamente 15%; mientras que el Dow Jones presenta cifras más humildes y sube solo el 4%.
Los máximos históricos del Nasdaq y el S&P 500 -la mejor racha de Wall Street en un año electoral en medio siglo- coinciden con el fervor por el gigante de los semiconductores Nvidia, que días atrás se convirtió en la cotizada más valiosa del Mundo, pero cayó más de 10% posteriormente.
Las acciones de la compañía de semiconductores han subido más de 150% este año -alternando el trono por la mayor capitalización bursátil con Microsoft y Apple- pero es justamente la volatilidad que ha evidenciado, cayendo en picado en diversas sesiones, la que hace desconfiar al mercado acerca de cuánto durará el boom de la IA.
Una percepción que también se revela en cómo está afectando ésta a la cotización de diferentes tecnológicas: Microsoft, por ejemplo, ha avanzado 20% este año; pero Tesla ha caído otro 20%.
El riesgo para los inversores es que las acciones empiecen a moverse en la misma dirección, y todas a la vez, debido a una chispa que encienda la venta generalizada.
Con todo, también hay quienes esgrimen que, aunque la volatilidad de índices como el S&P 500 se disparase debido a la caída de un valor tipo Nvidia, el daño se podría limitar a sectores específicos de la tecnología o de la misma IA.
Y añaden que, aun así, esta posibilidad está muy lejos porque la empresa liderada por Jensen Huang aún tiene que saciar la demanda de sus chips.
“Creemos que el mercado en general debería experimentar cierta consolidación a medida que nos acercamos a los meses de verano”, reza un comunicado de la firma Piper Sandler esta semana.
Las elevadas tasas de interés y su impacto en el crecimiento económico han sido el otro gran factor este semestre.
El Dow Jones de Industriales, principal indicador de Wall Street y más sensible a la economía, lo ha demostrado cosechando unas ganancias notablemente menores que el resto de índices, aunque la publicación hoy del índice mensual de precios de gastos de consumo personal (PCE) podría resultar clave.
El PCE marcó en mayo pasado un alza del 2.6% interanual, una décima menos que el dato de abril, informó este viernes (28) la Oficina de Estadísticas Económicas.
Pese a que la reducción de ese indicador de inflación sigue siendo lenta, el dato estuvo en línea con lo que esperaban los analistas y en su versión subyacente, sin los precios de alimentos y combustibles, es el más bajo desde marzo de 2021, cuando la inflación por primera vez en este ciclo superó la cota del 2%.
Recientemente, la Reserva Federal (Fed) mantuvo los tipos de interés en su horquilla del 5.25% – 5.5% con la expectativa de un solo recorte para este año por las dificultades para atajar la inflación, mientras que el semestre anterior barajaba hasta 6 bajadas.
Según la herramienta FedWatch de CME Group, los operadores valoran ahora en 59.5% la posibilidad de que el banco central haga descender los tipos en su reunión de septiembre.