El grupo terrorista chií libanés Hizbulá lanzó este jueves (4 de julio) uno de sus peores ataques contra Israel en casi 9 meses de fuego cruzado, en respuesta a la muerte de uno de sus comandantes la víspera y en medio de renovados temores al estallido de una guerra abierta entre ambas partes.
La formación anunció el lanzamiento de más de 2 centenares de proyectiles “de diversos tipos” contra 5 cuarteles generales del Ejército israelí en el norte del país y, poco después, asumió en otro comunicado la autoría de una operación aérea con una “bandada de drones de ataque”.
La acción con aviones no tripulados tuvo como objetivo otros 7 cuarteles importantes del Estado judío, entre ellos algunos de los que ya habían sido atacados durante el lanzamiento inicial de proyectiles, según la nota.
El Ejército israelí confirmó la llegada de más de 200 cohetes y alrededor de una veintena de drones a su territorio, aunque aseguró en un comunicado que su defensa antiaérea “interceptó con éxito muchos de ellos”, mientras que otros cayeron en espacios abiertos.
Pese a la activación de las defensas antiaéreas, alguno de los impactos causó la muerte de un soldado reservista, según un comunicado castrense israelí, que no detalla en qué punto del país se produjo el fallecimiento ni sus circunstancias concretas.
Ataques de represalia
El ataque de Hizbulá, uno de los de mayor envergadura desde el inicio de las hostilidades el pasado octubre, es parte de la respuesta a un bombardeo israelí que el miércoles acabó con la vida de su alto comandante Mohamed Niamah Nasser en el área de Al Housh, en el sur del Líbano.
Nasser, que comandaba la destacada Unidad Aziz del grupo chií, fue despedido este jueves con un multitudinario funeral en los suburbios meridionales de Beirut conocidos como el Dahye, uno de los principales bastiones de Hizbulá.
Durante la ceremonia, el jefe del Consejo Ejecutivo del movimiento, Hashem Safi al Dín, defendió que la pérdida del alto mando no ofrece ninguna “ventaja militar” a Israel y aseveró que con cada nueva baja en sus filas la formación gana “insistencia” para su batalla.
“Anoche empezaron rápidamente una serie de respuestas que continúan hasta el momento y que seguirán, teniendo como objetivo nuevas posiciones que el enemigo nunca se habría imaginado”, clamó Safi al Dín en un discurso durante el funeral.
Las acciones en represalia por el asesinato del comandante, el tercero de su rango muerto desde octubre, ya comenzaron el miércoles mismo con una serie de ataques de envergadura, entre ellos un lanzamiento de cerca de un centenar de cohetes.
Esta es la segunda escalada significativa entre las partes desde mediados de junio, cuando la muerte de otro comandante de Hizbulá ya provocó una fuerte respuesta por parte del grupo y desencadenó varios días de elevada tensión en el frente.
Aunque los niveles de violencia habían vuelto a bajar en las últimas 2 semanas, siguen latentes los temores a que este verano pueda estallar una guerra abierta entre el movimiento libanés y el Estado judío, como ya ocurrió en 2006.