Familiares y amigos de Ana Paula, estudiante de 17 años, marcharon este 5 de julio para exigir justicia por su feminicidio en Chilpancingo, Guerrero.
Según publica Reforma en su edición digital, la movilización, encabezada por la madre de la joven, Ana María Almazán, llegó a Palacio de Gobierno y a las instalaciones de la Fiscalía General del Estado (FGE) entre gritos de justicia y un alto a los feminicidios.
La señora Ana María estuvo al frente del contingente mientras sostenía una manta con una decena de fotografías plasmadas de Ana Paula que, la mañana del lunes, se dirigía a su trabajo por la calle Galo Soberón y Parra, en el centro de la ciudad, cuando fue emboscada por un grupo de hombres y uno de ellos le disparó directo en la cabeza.
El año pasado la joven egresó del Colegio de Bachilleres, plantel número 1 en la capital guerrerense, y recién había sido aceptada para estudiar en la Escuela Médico Naval.
“Nos falta Paula, ni una más”, se leyó en la manta color violeta.
“A nosotros como familia no nos han dicho nada y por eso estamos haciendo esta marcha para exigir justicia”, acusó la madre, luego de que a 5 días del feminicidio de Ana Paula, la FGE no ha dado a conocer el curso de las investigaciones.
En el mitin en Palacio de Gobierno, precisó Reforma, la madre de Ana Paula exigió a la gobernadora Evelyn Salgado que ordene la detención de los “los psicópatas” que matan personas en las calles de Chilpancingo.
“Estamos a la merced de los psicópatas y nadie hace nada”, reclamó.
Posteriormente, el contingente se dirigió a las oficinas de la Fiscalía, donde pegaron cartulinas con consignas de justicia en la fachada del edificio.
El feminicidio de Ana Paula ocurre en medio de viejas pugnas que han revivido entre grupos del crimen organizado por el control de la ciudad, y por lo cual familias de víctimas han salido a protestar a las calles para exigir justicia.
Ayer, jueves 4 de julio, familiares de la abogada Azucena Valdez y el ingeniero Javier García Palma, que están desaparecidos desde el pasado 29 de junio, cerraron unas horas la avenida Guerrero, a la altura del paso a desnivel, para exigir a la FGE su búsqueda y aparición con vida.
Azucena Valdez, de 55 años, y a su yerno, Javier García, se dirigían a bordo de una camioneta hacia la comunidad de El Ocotito cuando desaparecieron.
Con información de Reforma