“Vamos a subir al tatami y ganar ese combate”. Esa es la frase que el francés Teddy Riner, el judoca más premiado de todos los tiempos, se repite desde hace casi 20 años. Y en la Final olímpica de los +100 kilos, no ha sido excepción.
Si a Riner, una de las personalidades francesas más admiradas, le faltaba algo era esto: colgarse un Oro olímpico (el tercero) delante de sus aficionados, entre ellos el presidente francés, Emmanuel Macron, y en un pabellón, el de Campo de Marte, justo detrás de la torre Eiffel.
El coloso de 2.04 metros no tembló y, de un golpe de cadera, echó al suelo al surcoreano Kim Minjong, 12 años más joven que él, y grabó su nombre en la historia del deporte mundial.
Once veces campeón mundial (9 de ellas en los +100), Oro en Londres 2012 y Río 2016 y Bronce en Pekín 2008 y Tokio 2021 y Oro en la prueba de equipos mixtos en 2021, el judoca nacido en la isla de Guadalupe colecciona más metales que ningún otro luchador de su deporte. Y no se cansa de vencer.
Iguala en oros olímpicos al japonés Tadahiro Nomura (1996, 2000 y 2004, aunque en la categoría de -60 kilos).
Casado con Luthna Plocus y con 2 hijos, Eden (2014) e Isis (2018), Riner aún no ha desvelado si intentará quebrar más récords en los próximos Juegos, los de Los Ángeles de 2028. “Mi mujer está al tanto, aunque no sé si está de acuerdo”, ha declarado.
Ejemplo longevidad en una categoría de peso muy desgastante, el luchador de 150 kilos ha tenido que extremar cuidados entrada la treintena y ha superado problemas físicos en el tobillo y la rodilla para estar listo en París.
Ejemplo de ello es que Riner venía arrasando en los torneos que había disputado en 2024, tras un segundo semestre de 2023 en el que apenas compitió.
Primeros puestos en los Grand Slam de 2024 en París (febrero), el de Antalya (marzo), Dushanbé (mayo) y en los Abiertos de Marrakech y Madrid (ambos en junio).
El judoca del París Saint-Germain (PSG), otro ídolo en Francia a la altura de Léon Marchand en estos Juegos, aumentará, si es aún posible, su inmensa popularidad.
No en vano, tuvo el privilegio de ser uno de los 2 responsables de encender el pebetero olímpico en la apabullante inauguración del 26 de julio junto a Marie José Pérec.