La joven nadadora canadiense Summer McIntosh, de tan sólo 17 años, reclamó el título de “reina” de la piscina de los Juegos Olímpicos de París, tras conquistar este sábado su cuarta medalla, la tercera de oro, en la capital francesa al imponerse en la final de los 200 estilos con un tiempo de 2:06.56 minutos, nuevo récord olímpico.
No parecía la opción más segura de victoria del prodigio canadiense, pero el talento de McIntosh es tal que parece imposible no imaginarla dominando la natación mundial durante los próximos años.
Tal y como pudieron comprobar este sábado en la piscina de La Defense rivales de la talla de la australiana Kaylee McKeown, campeona en París del 100 y 200 espalda, o las estadounidenses Kate Douglass, oro en los 200 braza, y Alex Walsh, la subcampeona hace 3 años en Tokio que acabó descalificada.
Una durísima competencia que pareció espolear todavía más si cabe a Summer McInsosh que no dudó desde el principio en seguir la estela de las estadounidense Douglass, la primera en abrir las hostilidades.
Pero con el paso a la braza fue la canadiense quien tomó la delantera, antes de que Alex Walsh con un magnífico largo de braza arrebatase el primer puesto a la canadiense en una final que a 50 metros para el final marchaba por debajo del récord del mundo.
Un largo final en el que McIntosh demostró toda su fortaleza y carácter competitivo para imponerse con un tiempo de 2:06.56 minutos, 2 centésimas menos que el récord olímpico que poseía la húngara Katinka Hosszu desde los Juegos de Río 2016.
Tras la canadiense tocó la pared la estadounidense Kate Douglass, plata con una marca de 2:06.92, y posteriormente su compatriota Alex Walsh, que finalmente sería descalificada, lo que permitió a la australiana Kaylee McKeown subir al tercer escalón del podio con un crono de 2:08.08 minutos.