José Antonio Granados, profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad de Colima (UdeC), participó hace unos días en el “Seminario de Combate a la Desinformación”, que realizó el gobierno de Estados Unidos en formato híbrido.
El seminario busca mitigar los efectos negativos del fenómeno de la desinformación, así como inculcar en las y los estudiantes la importancia de realizar búsquedas activas de la información y no sólo que compartan lo que aparece en redes sociales.
En una entrevista, el profesor universitario compartió que las 2 primeras semanas, el curso se realizó de manera virtual y la tercera en Estados Unidos. Dijo que les impartieron conferencias y clases profesores de la Oklahoma State University, especialistas en el tema del Departamento de Estado, personal de medios de comunicación, así como grupos de “Think tanks”, quienes abordaron los conceptos de desinformación.
Think tank, o tanque de pensamiento, es una institución o grupo de expertos y de expertas que se dedican a la investigación y el análisis de temas de interés público, como la política, la economía, la sociedad, etc. Estos grupos suelen producir estudios, informes y recomendaciones para influir en la toma de decisiones políticas y sociales.
Lo más interesante, dijo, es que allá el concepto de desinformación es diferente. “Pensamos que la desinformación es sólo información falsa, pero no es así, en realidad no es tan sencillo. En Estados Unidos lo dividen en ‘misinformation’ y ‘disinformation’”.
Misinformation, continuó, “es lo que uno comparte sin saber si la información es falsa o no. Vemos el encabezado y lo compartimos, pero no revisamos el contenido de la nota; esto es preocupante, porque si la información la comparte un profesor o alguien importante, se piensa que es cierto”.
Disinformation, agregó, “es lo que se comparte sabiendo que es falso; es decir, de manera dolosa, con la intención de desinformar y con el objetivo de crear una narrativa distinta o apoyar a un sector político e ideológico; es una forma de manipular a la población sabiendo que es falsa, con tal de seguir la narrativa”.
En el curso, dijo, también les enseñaron a identificar las fuentes de información, de aquellos periódicos que parecen reales, pero no lo son. “Por ejemplo, hace unas semanas la gente estaba cayendo en un fraude por una página falsa que sacaba citas para el pasaporte y entonces la gente hacía depósitos a una cuenta que no era y la diferencia entre la página real era un punto”.
Además, comentó que les compartieron páginas de Inteligencia Artificial (IA) para revisar si una fotografía es falsa o no. “Subes la fotografía y la IA te da la fecha de la fotografía original y si ya se está reutilizando. Nos pusieron de ejemplo la de un político de la India donde decía que abarrotó una plaza pública, pero ésta era del Zócalo de la Ciudad de México. También nos compartieron otras herramientas en Google Maps”.
Tras el curso, José Antonio Granados piensa que “tenemos que enseñarnos a ser más activos en la búsqueda de información, porque nos hemos convertido en sujetos que sólo la recibe; estamos en el celular, revisando ‘TikTok’, ‘X’ u otra red social, pero no vamos más allá, no buscamos otras fuentes que nos ayuden a confirmar la información”.
Lo más importante del curso, dijo, es el hecho de que ahora cada persona tiene que mantenerse informada por su propia cuenta. “Esto no le va a gustar a mucha gente, porque dirán que es responsabilidad de Facebook, de ‘X’ o de los medios, pero la realidad es que esa responsabilidad recae en uno, el detenerse tantito y ver si vale la pena compartir o no la información”.
Lo que sigue para él, como docente, es lograr que sus estudiantes de bachillerato sean sujetos activos, que no se queden con lo primero que aparece en redes sociales, “porque en ellas van a encontrar opiniones encontradas de los influencers y ellos tienen que saber analizarlas. Esto ya lo hago con los estudiantes de licenciatura, pero es importante comenzar a enseñarlo con jóvenes de bachillerato”.
Finalmente invitó a los estudiantes y profesores a participar en estas convocatorias, “porque se nos abren muchas puertas”.
Esta iniciativa forma parte de una estrategia impulsada por la oficina de Diplomacia Pública de la Embajada de Estados Unidos en México, en conjunto con Oklahoma State University.