Japón y Estados Unidos han decidido desarrollar de forma conjunta un nuevo sistema antimisiles dirigido a interceptar proyectiles hipersónicos ante los avances de China, Rusia y Corea del Norte en este campo, según publican los medios locales.
La iniciativa tiene como objetivo mejorar la preparación conjunta ante amenazas armamentísticas para las que sería difícil responder con la actual red de defensa antimisiles, y podría ser anunciada durante la visita a Washington del primer ministro nipón, Fumio Kishida, a finales de la próxima semana, según señalaron fuentes gubernamentales al diario nipón Yomiuri.
De salir adelante el proyecto, sería el segundo sistema conjunto de intercepción de misiles desarrollado conjuntamente por Estados Unidos y Japón, tras el SM3 Block 2A, que forma parte de las baterías buque-aire Aegis destinadas a derribar misiles balísticos de alcance corto y medio.
El objetivo sería tener operativo en un plazo de una década el nuevo sistema antimisiles hipersónicos capaz de interceptar proyectiles de este tipo como los que ha empleado Rusia en la guerra de Ucrania, los testados por China o los que está desarrollando Corea del Norte, según el citado diario nipón.
Los misiles hipersónicos son capaces de volar a velocidades hasta 5 veces más rápidas que la del sonido (Mach 5) y volar a baja altitud y con trayectorias irregulares, lo que los hace especialmente difíciles de detectar e interceptar con las tecnologías actuales.
El proyecto podría ser anunciado durante la cumbre bilateral entre Kishida y el presidente estadounidense, Joe Biden, prevista para el próximo viernes. Esta reunión se celebrará en el marco de la visita a Washington del líder nipón para participar también en una cita trilateral con Biden y con el líder surcoreano, Yoon Suk-yeol.
En las reuniones podrían anunciarse también nuevos pasos dirigidos a estrechar la cooperación a 3 bandas para mejorar las capacidades de detección conjuntas de misiles, y a partir de la sintonía ya alcanzada para compartir datos de radar en tiempo real.
Japón, asimismo, aspira a intensificar su colaboración en tecnología satelital con Estados Unidos con vistas a reforzar sus capacidades en el área de la defensa aeroespacial, en el marco de su estrategia de expandir el alcance de su poderío militar frente a lo que considera amenazas crecientes de China o de Corea del Norte.