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ARTÍCULO: Boric, una izquierda que no añora el pasado

Por EFE Ago21,2024 #Opinión

Por María M. Mur

El presidente de Chile, Gabriel Boric, representa “una izquierda que no tiene temor a pensarse desde el siglo XXI”, que “no añora el pasado” y que defiende el respeto a los derechos humanos como “un piso mínimo para poder hacer política”, dijo la nueva líder de su partido, el Frente Amplio, Constanza Martínez.

“Tenemos que pensar una izquierda que le hable a las nuevas realidades y que no tenga una mirada de pasado, que no añore un pasado que pareciera mejor, pero que realmente fue el que produjo este nivel de crisis que hay actualmente”, indicó Martínez (Santiago, 1987), quien hace un mes se convirtió en la primera presidenta del partido.

El Frente Amplio (FA) nació en 2017 como una coalición de distintas formaciones políticas fundadas por los dirigentes universitarios que lideraron las protestas a favor de una educación gratuita en la primera década del siglo, entre ellos Boric.

Bautizados como “la nueva izquierda chilena”, buscaban ser una alternativa a la coalición de centroizquierda que gobernó Chile durante 2 décadas tras el retorno a la democracia en 1990, la llamada Concertación, y llegaron al poder, contra todo pronóstico, en marzo de 2022.

“Nosotros somos hijos de nuestro tiempo, pero tenemos que entender por qué existimos y no creer que somos mejores porque somos nuevos”, reconoció la abogada.

En julio, el FA se constituyó como un único partido, que tiene como desafío “consolidarse como proyecto y trascender al liderazgo de Boric”, que Martínez definió como “convocante y moderno”.

Espectro amplio del progresismo

Boric no gobierna en solitario, sino en una coalición con el Partido Comunista y fuerzas de la ex Concertación, como el Partido Socialista, pero el FA es una piedra angular de su Administración.

Los sectores más izquierdistas le acusan de haberse moderado demasiado y haberse “fusionado” con la ex Concertación, algo que Martínez refuta.

“Se ha criticado mucho a la coalición por su diversidad. Yo, al contrario, creo que en su diversidad está su mayor fortaleza. Requerimos de un espectro amplio del progresismo, desde el centro hasta la izquierda, para pensar en un Chile mejor”, apuntó la líder del FA.

La crisis desatada en Venezuela tras las elecciones ha generado roces en la coalición, ya que la dirigencia del Partido Comunista respalda al presidente venezolano, Nicolás Maduro, a quien el ente electoral de ese país dio como ganador pese a las sospechas de fraude de la oposición y la comunidad internacional.

Boric fue unos de los primeros en reclamar transparencia y la publicación de todas las actas, usando un tono más duro que otros líderes progresistas de la región como el colombiano Gustavo Petro o el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva.

Martínez reconoció que le “cuesta entender” la postura del Partido Comunista, pero recordó que los ministros comunistas se han desmarcado de su dirigencia y se han puesto al lado del mandatario.

“El presidente ha demostrado que es una izquierda que no tiene temor a pensarse desde el siglo XXI y eso implica que hay ciertas líneas rojas, como los derechos humanos. Son el piso para poder hacer política, ya sea acá en Chile, en Venezuela o en Palestina”, explicó.

“Necesitamos ese mínimo común denominador porque estamos viendo cómo en frente hay una ultraderecha que avanza sin ni siquiera tener esos pisos mínimos de trabajo democrático”, remarcó.

“Hay alto nivel de agotamiento”

Sin mayoría en el Parlamento, al Gobierno le está costando sacar adelante sus reformas clave, como la tributaria o de pensiones, y ha tenido que centrar gran parte de sus esfuerzos en controlar el aumento de la delincuencia que afecta al país.

“La crisis de legitimidad del modelo y la crisis de la política misma ha generado una distancia muy grande y adversarial (…) pero hay un nivel de agotamiento y cansancio que requiere que la política se ponga de acuerdo”, subrayó.

Martínez, que hasta julio era delegada presidencial de la Región Metropolitana, un cargo que depende del mandatario, se refiere al mismo hartazgo que se manifestó en la ola de protestas de 2019 a favor de más derechos sociales y que combinó masivas manifestaciones pacíficas con episodios de violencia extrema, saqueos y barricadas.

5 años después del llamado “estallido social”, la líder del FA cree que hay “una especie de amnesia” y que ciertos sectores “niegan la necesidad de que existan cambios” y solo recuerdan la arista violenta de las marchas.

“No podemos pasar del ‘no lo no lo vimos venir’ a ‘aquí no ha pasado nada’. Es un caldo de cultivo para que vengan más movilizaciones porque se van perdiendo las oportunidades para resolver los conflictos y la gente empieza a creer cada vez menos en las salidas democráticas”, concluyó.

Las opiniones expresadas en este texto periodístico de opinión, son responsabilidad exclusiva del autor y no son atribuibles a El Comentario.

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