La industria alimentaria suiza adoptará a partir de 2025 una nueva tecnología que permite determinar el sexo de los polluelos antes de nacer, observando los huevos de gallina, con el fin de evitar el sacrificio de millones de polluelos macho, una práctica habitual en el sector avícola de todo el Mundo.
La técnica, presentada este viernes por la asociación de granjas de producción de huevos GalloSuisse, utilizará resonancias magnéticas e inteligencia artificial para observar los huevos alrededor de su undécimo o duodécimo día de incubación, con el fin de determinar el sexo del embrión y evitar su eclosión en el caso de ser macho.
Según la televisión suiza RTS, el país es el primero en el que todo el sector avícola nacional ha acordado poner en práctica este sistema, que aumentará los costes de producción de huevos en alrededor de un céntimo y medio de franco (o euro) por unidad.
Esta medida supondrá según los responsables de GalloSuisse un gran avance para el sector, al que el Gobierno suizo prohibió en 2020 el triturado masivo de pollos vivos.
Esa práctica se ha ido sustituyendo por métodos de sacrificio menos dolorosos para los animales, como la asfixia por dióxido de carbono, pero desde hace un tiempo se buscan alternativas previas al nacimiento de los polluelos.
Grupos ecologistas denuncian que entre 4 mil y 6 mil millones de polluelos machos son sacrificados en el Mundo, no solo por no poder producir huevos, sino porque crecen más lentamente que las hembras.
Tras ser sacrificados, sus restos suelen ser utilizados en la fabricación de pienso para otros animales.