México debe replantear su modelo de desarrollo y adaptarse a una nueva etapa económica, en la que se impulsa una verdadera integración en Norteamérica y el país se posiciona como atractivo para la relocalización de las cadenas de valor o nearshoring, coincidieron especialistas del sector privado y académico.
Al presentar el libro “El T-MEC (Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá) en el marco de la confrontación China-Estados Unidos”, el coordinador de esta obra, Arturo Oropeza, consideró que esta disrupción comercial presenta una oportunidad para que México impulse su crecimiento.
“No podemos seguir haciendo lo mismo para un momento diferente, no podemos seguir teniendo esta realidad sistémica frente a Asia, con la que hemos perdido los últimos 40 años y ya no podemos seguir con un modelo de economía de mercado del siglo XX para la tercera década del siglo XX”, mencionó el también presidente del Instituto para el Desarrollo Industrial y la Transformación Digital (Inadi).
Oropeza sostuvo que el reto que enfrenta México es “dejar de ser una nación maquiladora de bajo contenido nacional para constituirse en un jugador maduro que, por medio de la manufactura, aumente el contenido nacional e industrial del país”.
Esto, añadió, a la par de un plan de desarrollo digital, que responda a las nuevas realidades económicas globales y la oportunidad de concentrar mayor inversión extranjera de empresas que quieren acercarse al mayor mercado del mundo: Estados Unidos.
El libro consta del análisis de 19 especialistas en el país, que comparten esta misma visión, dijo el coordinador, en colaboración de la academia y el sector empresarial, con organismos como el Inadi, el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Consejo Coordinador Empresarial (CCE).
En representación de la cúpula empresarial mexicana, Francisco Cervantes Díaz, consideró que el T-MEC marcó un avance innegable en la vida comercial y la inversión de las 3 naciones de Norteamérica, “creando un clima regional que no existía antes”.
“Sin embargo, parece claro que lo logrado los primeros 25 años no alcanzó para resolver las asignaturas más urgentes, como la disminución de los desequilibrios y rezagos económicos, tecnológicos y sociales de la zona, ni para responder de una manera más eficaz a una competencia asiática que desde décadas atrás se muestra más asertiva”, contrastó.
En su oportunidad, el periodista e investigador del Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN), Leonardo Curzio, agregó que el país mantiene aún discusiones en su ámbito político de la década de los 80, como debates electorales sobre la transición del poder.
Mientras, matizó que Estados Unidos mantiene su competencia en mercados tecnológicos claves para el futuro como el internet de las cosas y las economías digitales, lo que representa una oportunidad de desarrollo para México y Norteamérica en medio del nearshoring.