Tras casi un año del histórico huracán Otis, las escuelas del puerto de Acapulco aún no están en condiciones óptimas para el nuevo ciclo escolar, que comenzó el 26 de agosto, según denunció personal docente a EFE.
Tal es el caso del Centro de Estudios Tecnológicos Industrial y de Servicios (Cetis) 90, en el barrio Las Cruces, en la periferia del puerto, donde hay una afectación del 90% de su infraestructura, por lo que maestros han improvisado aulas móviles o al aire libre.
La secretaria general de la sección sindical del Cetis 90, Amanda Denis Valle Adame, contó a EFE que la escuela contaba con 27 salones, incluidos 3 talleres, pero después del golpe del huracán Otis en octubre de 2023, solo 8 quedaron servibles, y se rehabilitaron apenas 7 más.
“Tenemos salones sin techo, tenemos la cancha inservible, los 3 talleres, el de mantenimiento, el de trabajo social y construcción están 100 % dañados y no hemos tenido ninguna respuesta de las autoridades”, señaló.
Los salones del primer piso de 2 edificios, así como el gimnasio, una cancha deportiva y la de fútbol son la infraestructura más afectada, además de mobiliario, pizarras y la barda perimetral.
“Claro que no son las condiciones porque tenemos más de 1,800 alumnos aquí en la escuela por los 2 turnos, donde no caben, no cabemos”, puntualizó.
El Gobierno de México ha prometido reparar toda la infraestructura que dejó el huracán Otis el 25 de octubre pasado, cuando rompió el récord de intensificación de un ciclón en el Pacífico mexicano y dejó más de 50 muertos.
Pero el maestro del taller de Mantenimiento Industrial, Carlos Armando Pinzón Magaña, aseguró a EFE que la situación para dar su clase aún es complicada.
“No tenemos un taller digno, no tenemos techo, no tenemos nada para hacer las prácticas y las máquinas se nos están echando a perder. Lamentablemente, estamos viviendo esta situación, ya lo hemos documentado en las reuniones de academia desde un inicio, pero tal parece que no hay eco, no hay responsabilidad de la autoridad”, dijo.
El maestro de preparación de alimentos y bebidas José Antonio Vázquez ha encontrado un espacio donde atender a sus casi 50 alumnos, un patio afuera del salón.
Ahí exigió a las autoridades del plantel que instalaran un techo para dar su clase, pero denuncia que ahora, en plena temporada de dengue, sufren de calor, del acecho de los mosquitos y la falta de mobiliario.
“Nuestro taller tiene algunas carencias en cuestión de equipo, en cuestión de material, pero nuestras autoridades aquí locales nos han proporcionado lo indispensable, vamos tratando de sacar las cosas adelante conforme a las necesidades”, mencionó.
El maestro reconoció que son condiciones “no adecuadas”.
“Pero tratamos de dar lo que podemos”, prometió.