Mié. Sep 25th, 2024

COLUMNA: Cotidianas

Por Redacción Sep25,2024

El gran ilusionista

Por Jorge Vega

El anciano es un gran ilusionista, uno de los más poderosos ilusionistas de los últimos tiempos. Todas las mañanas, como antes en las tribus alrededor del fuego, se dedicó por años a contar historias de un país que sólo existe en su mente.

La gente, mucha gente lo ama, porque uno de los requisitos para ser un gran ilusionista es tener el amor, la fe y la confianza de los demás. Porque quien ama no cuestiona o lo hace de manera suave, amorosa.

A la manera de los brujos poderosos, ha sido capaz de mantener en la ilusión, en el sueño, a miles de personas, incluso a intelectuales brillantes y críticos, como hizo Stalin en sus primeros años de poder o como Fidel Castro.

Un gran ilusionista es también un gran narcisista, una persona que sólo ve por sus intereses y por lo mejor para su imagen, para su legado, y aunque el país esté reventando en muchas de sus esquinas, él jamás asumirá su responsabilidad. Siempre serán los errores de los demás, del enemigo, de la gente que no lo quiere, nunca los suyos.

El anciano, el gran ilusionista, sabe jugar con las palabras, con las emociones de los demás, sobre todo de quienes necesitan creer que todo está bien, que finalmente se hizo la revolución, su revolución, aunque haya sido, como son todas las revoluciones, siempre a costa de un grupo, de aquellos que no perciben el mundo igual, de los que no cayeron bajo el hechizo de sus historias.

El problema para los grandes ilusionistas, para los fabuladores, para las personas que creen sus propias historias sobre la vida, es que la realidad siempre resulta ser más persistente.

Las opiniones expresadas en este texto periodístico de opinión, son responsabilidad exclusiva del autor y no son atribuibles a El Comentario.

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