Por Maestra Ruth Holtz
La terapia psicocorporal es aquella orientación psicoterapéutica que se basa en la concepción de que somos energía, la cual es controlada por nuestros músculos en su circulación por el cuerpo, y que su manifestación obvia, aparte de estar vivos, es la emotividad.
Las personas cuando reprimen sus emociones, no las expresan o las utilizan para otros fines como chantajear o destruir, producen un nudo de tensiones musculares al servicio de evitar que se expresen o incluso que se generen, bloqueando así también su bioenergía.
La bioenergía del cuerpo es la vida palpitando dentro nuestro. Así que bloquear es como morir poquito. Nuestra interioridad se expresa a través de hacer fluir esa energía por las distintas puertas del cuerpo. La sexualidad es la más básica, así como la expresión de la gama de emociones, también en la actividad y la proyección de nuestra energía en lo que hacemos. Nuestro entorno puede favorecer que fluya lo que sentimos, lo que queremos, lo que nos gusta hacer u obstaculizarlo. Cuando se encuentra oposición a fluir en lo que somos y sentimos nos tensamos, nos estresamos, nos acorazamos.
La bioenergética es una de las técnicas que la terapia psicocorporal usa para aflojar esta coraza y conocer cómo funciona nuestra bioenergía. Lo más impactante en este tipo de trabajo es cómo el cuerpo “habla” lo que nosotros hemos acallado. En muchas ocasiones lo reprimido sale, incluso como si estuviera pasando en ese momento y por un rato es “como si” nos hubiéramos permitido sentir o recordar algo que evitamos por miedo al rechazo o por miedo al dolor. Al salir, al compartirse con alguien, en este caso el psicoterapeuta, la persona puede enfrentar “eso” a lo que le venía dando vueltas, a lo que había rechazado y tiene la oportunidad de verlo con otros ojos.
En la terapia psicocorporal tenemos la opción de ver las cosas desde otra perspectiva, que la que nos tenía tensos y agazapados. Es probable que idealicemos cómo queremos ser, pero lo importante es aceptar lo que somos, lo que nos duele, lo que nos enoja, lo que nos lastimó y luego tratar de comprender.
La psicoterapia psicoanalítica es aquella orientación psicoterapéutica que nos ayuda a recibir lo que desahogamos y encontrarle el sentido, el significado profundo, la conexión con nuestro inconsciente, que en gran parte nos condiciona a sentir y actuar de cierta manera. Comenzamos a comprender la razón de ciertas emociones, el por qué las reprimimos y los riesgos que conlleva el seguir así. Empezamos a armar el rompecabezas de nuestra vida interior y encontrar las motivaciones que nos movieron a formar un carácter como el que tenemos y a aceptar vivir como vivimos.
Ambas terapéuticas son utilizadas, y otras más como la terapia gestalt, algunos enfoques del análisis transgeneracional, del análisis transaccional o incluso la terapia de muñecos, para finalmente encauzar la energía vital, las intenciones y los deseos de la persona hacia el crecimiento y la madurez, hacia el aprender de la experiencia.
Aprender a pensar nuestros procesos y poder visualizar nuestra vida interior y cambiar, modificar, sanar, resignar lo que sea necesario para crecer, para mejorar nuestra calidad de vida emocional y para ser plenos y gozar de la vida que tenemos, en vez de lamentarnos. Esos son los objetivos de la atención psicoterapéutica integral que ofrezco.
* Psicoterapeuta.
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