El Gobierno de Bolivia declaró este lunes “desastre nacional” por la magnitud de los incendios forestales que han dejado millones de hectáreas devastadas en la Amazonía y la Chiquitania del país andino.
El presidente boliviano, Luis Arce, explicó que la declaración se da tras conocer los reportes de “distintas instancias” y luego de una reunión con varias autoridades en la oriental Santa Cruz, la región más afectada por los incendios.
Con esta declaración, el país se abre a recibir más apoyo internacional para contener la crisis ambiental, la peor registrada en su territorio desde 2019.
Dicho decreto establece que los ministerios de Exteriores y Planificación “gestionarán y administrarán la cooperación internacional para la atención del desastre”, permitirá “ajustes” de presupuesto para la lucha contra los incendios y se impulsará “un plan de recuperación postdesastre”.
La declaración de “desastre nacional” fue anunciada después de una reunión de Arce y varios de sus ministros con los gobernadores y alcaldes del país, en la región de Santa Cruz, la más afectada por los incendios que se mantienen activos desde hace al menos tres meses.
El pasado viernes, la Gobernación de Santa Cruz informó que únicamente en ese departamento se registraron más de 7 millones de hectáreas devastadas por el fuego en lo que va del año y que la región vive “el mayor desastre ambiental” en su historia.
La cifra reportada tan solo en Santa Cruz supera los más de 5.3 millones de hectáreas consumidas por los incendios a nivel nacional en 2019, que fue hasta ahora el año con más afectaciones por el fuego.
Una de las áreas más afectadas en ese departamento es la Chiquitania, una zona de transición entre el Chaco y la Amazonía con espacios naturales y de uso agrario y que además acoge las misiones jesuíticas declaradas Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco.
Los incendios son un problema recurrente en Bolivia en esta época del año y el fuego se atribuye en muchos casos a los “chaqueos”, que son las quemas controladas para habilitar las tierras para la siembra o el pastoreo, además de ser una forma de desmonte de bajo costo.
Asimismo, algo que ha agravado los incendios forestales en Bolivia es la persistente sequía que atraviesan varias de las zonas boscosas, pese a algunas lluvias aisladas que han dado una tregua en varias de las zonas damnificadas.
A principios de mes, el Gobierno declaró la “emergencia nacional” para facilitar la coordinación interna y la llegada de la ayuda internacional para combatir el fuego además instauró una “pausa ambiental indefinida” para evitar la propagación del mismo.
Bolivia ha recibido apoyo de países como España, Brasil, Chile, Francia, Canadá y Venezuela, entre otros, que han enviado bomberos, expertos, aeronaves y equipos para combatir el fuego.
Algunos expertos señalaron en la necesidad de reforzar la tarea de lucha contra los incendios brindando a los pobladores de las comunidades afectadas el equipamiento necesario para su cuidado personal.