La economista italo-estadounidense Mariana Mazzucato alertó en México sobre los riesgos de una innovación impulsada por políticas que profundizan las desigualdades, al advertir que algunas de las “políticas fiscales más estúpidas se han hecho en nombre del emprendimiento”.
Durante su intervención en la 27ª Conferencia de TCI Network, celebrada en Chihuahua, Mazzucato señaló que la estructura financiera actual en el mundo, lejos de fomentar el crecimiento inclusivo, ha contribuido a la concentración de la riqueza y el estancamiento económico para amplios sectores de la población.
La profesora de la University College de Londres consideró que la narrativa sobre innovación y emprendimiento ha sido utilizada para justificar políticas fiscales y financieras que, en realidad, han aumentado la desigualdad, como la reducción en el impuesto sobre las ganancias de capital en Estados Unidos.
“Algunas de las políticas fiscales más estúpidas que se han hecho han sido en nombre de la innovación y el emprendimiento”, subrayó.
Mazzucato se reunió esta semana con la nueva presidenta de México, Claudia Sheinbaum, para conversar sobre proyectos de innovación, desarrollo regional e industrialización; y sostuvo encuentros con otros miembros del gabinete como el secretario de Economía, Marcelo Ebrard; y la secretaria de Medio Ambiente, Alicia Bárcena.
La prestigiosa economista defendió la necesidad de garantizar una distribución equitativa de los beneficios, pues sostuvo que el actual modelo ha demostrado ser ineficaz, al ignorar la necesidad de moldear el mercado hacia un crecimiento inclusivo y sostenible.
Mazzucato también propuso un enfoque “orientado a misiones” que involucre tanto al sector público como al privado, para asegurar que el crecimiento económico no esté basado en la deuda ni en prácticas financieras especulativas.
“El crecimiento que tantos países necesitan no es la misión, es el resultado de cómo realmente diseñamos nuestras políticas públicas”, afirmó.
En este sentido, la multipremiada economista, quien ha sido nombrada miembro de la Academia Pontificia por el Papa Francisco, abogó por un “mejor diseño de la política industrial”.
Por lo que subrayó la necesidad de que el sector público asuma un rol activo en la financiación de la innovación, impulsando políticas orientadas a resolver problemas sociales específicos y a abordar la desigualdad en lugar de perpetuarla.
También comentó que, para impulsar la innovación, es crucial que los Gobiernos establezcan marcos que promuevan una inversión sostenida en investigación y desarrollo, lo que implica no solo aumentar el gasto público en áreas clave, sino también crear un ecosistema que fomente la colaboración.
