San Francisco 49ers, campeón de la Conferencia Nacional (NFC), ha pasado de ser el principal favorito para repetir como contendiente en el Super Bowl del próximo año a convertirse en un equipo que se desmorona en su lucha por alcanzar los playoffs debido a múltiples lesiones e ineficiencia en los últimos periodos de los partidos jugados hasta la semana 7 de la temporada.
Los gambusinos, cayeron ante los monarcas de la NFL, Kansas City Chiefs, tienen marca de 3 ganados y 4 perdidos que los ubica terceros en la división Oeste de la NFC.
Números negativos, consecuencia del deficiente cierre de los partidos del entrenador en jefe, Kyle Shanahan, que se refleja en la incapacidad del equipo para conservar ventajas en el último periodo o su nula reacción si llega a esta parte del juego con el marcador en contra.
La incapacidad del equipo para remontar es alarmante. Los 49ers suman 0 triunfos y 40 derrotas bajo la dirección de Shanahan cuando llegan al periodo final con desventaja de 8 o más puntos, incluidos partidos de playoffs.
Son el único equipo entre los 32 de la liga que no ha logrado ni una victoria cuando está ante dicho escenario.
A lo anterior se suma una peste de lesiones entre los estelares ofensivos que ha atacado a la franquicia desde antes del inicio de la campaña.
Christian McCaffrey, su corredor principal, una doble arma por su capacidad para ganar yardas como receptor, no ha jugado un partido por una tendinitis en ambas piernas. Se estima que podría regresar al campo hasta el 10 de noviembre, para la semana 10.
Sin olvidar a Jason Mason, corredor número 2, reportado con una lesión en el hombro.
La lista sigue Brandon Aiyuk, en la derrota ante Chiefs, salió antes de la primera mitad por una rotura de ligamentos cruzado anterior y colateral medial de la rodilla derecha, lo dejó fuera por lo que resta del año.
Su receptor número 1, Deebo Samuel, a quien se le vio con oxígeno en la banca en el juego ante Chiefs, fue hospitalizado debido a una neumonía y a que presentó líquido en los pulmones.
Jauan Jennings, el último de sus receptores titulares, no juega desde la semana 6 por una lesión en la cadera. George Kittle, considerado uno de las mejores alas cerradas de la liga, fue reportado con un esguince en el pie.
Problemas que se extienden a su segunda línea de receptores. Chris Conley, tiene un esguince de tobillo; el novato Ricky Pearsall, apenas fue dado de alta luego del disparo que recibió en el pecho, que no tocó órganos vitales, en un intento de asalto que sufrió previo a la semana 1.
Así, entre nula capacidad para remontar y múltiples lesiones, el campeón de la NFC desmorona su condición de favorito para repetir como contendiente en el próximo Super Bowl.