La falta de puntería de cara al gol dejó a medias la remontada del París Saint-Germain (PSG) contra el PSV Eindhoven, que no supo aprovechar las ocasiones al contragolpe pero que arrancó un punto del Parque de los Príncipes que no satisface a ninguno de los 2 equipos (1-1).
Su desacierto de cara al gol le condenó a un empate insuficiente tras la derrota contra el Arsenal y que obliga a los parisienses a bregar para seguir adelante en Europa.
Los franceses, que lograron remontar el gol inicial logrado por el PSV en un error defensivo, el único disparo a puerta neerlandés, no bajaron los brazos hasta el final y en el descuento vieron como el VAR les arrebataba un penal que había sido pitado por el árbitro y como el portero argentino Walter Benítez, que cumplía 100 partidos con el PSV, sacaba un balón en la raya de gol a un cabezazo de Marquinhos.
Fue el último ejemplo de que este PSG tiene una cuenta pendiente con el gol, que echa de menos la eficacia de un Kylian Mbappé que con su acierto resolvía muchas de las carencias del equipo. Sin él, las cosas son más difíciles.
Las constantes internadas de Dembélé o Barcola fueron inocuas contra un PSV que se defendió con orden y el empate llegó de manos de Hakimi, en un duelo en el que totalizaron 26 disparos, pero solo obtuvieron un gol.
Media hora de fuego, con ocasiones de Barcola, Lee y Dembélé, que hicieron al PSG merecedor, al menos, de un gol, dieron paso a quince minutos de naufragio, después de que en el 34’, Noa Lang llevara hasta la red el primer disparo entre los 3 palos del PSV.
El tanto paralizó a los de Luis Enrique, quien desde el banquillo asistía atónito al naufragio de su equipo, que había comenzado con el brío que le gusta al técnico español, pero sin la puntería que esta temporada, la primera sin Kylian Mbappé, no acierta a encontrar.
Así se sucedieron los errores de Barcola, que en el 11’ cruzó demasiado un disparo que parecía franco, y en el 27’ no acierta a golpear en el último momento; de Lee, que desde la frontal del área vio su disparo en el 16’ encontraba a un acertado Walter Benítez; y de Dembélé que en el 19’ estrelló un disparo en el travesaño y en el 30’ envió el balón por encima del arco del meta argentino.
Pólvora mojada, todo lo contrario que los neerlandeses, que aprovecharon una pérdida en el centro del campo de Dembélé para montar una rápida contra que permitió a Lang adelantar a su equipo.
Los cimientos del Parque de los Príncipes temblaron ante la bronca del técnico español, que zarandeó a sus jugadores para que no bajaran los brazos y que saltaron al césped con la intención de encerrar al PSV, sometido de nuevo a un fuego sostenido, pero con mala puntería.
El empate llegó en la jugada más improbable, un disparo lejano de Hakimi que sorprendió a Benítez, que cumplía 100 partidos con el PSV, y se coló entre sus piernas.
El paso adelante exponía al PSG al contragolpe neerlandés, que no funcionó. Mauro Junior había desperdiciado uno muy claro en el 54’, pero más clamoroso fue el de Guus Til, solo ante Donnarumma 6 minutos más tarde y ya con el empate en el marcador.
La voluntad de los parisienses siguió siendo baldía, no tanto por falta de ocasiones, pero sí de acierto, incapaces de batir de nuevo a Benítez, que no perdió firmeza tras el error que cometió.
Luis Enrique cambió todo su sector ofensivo, dando entrada a Asensio, a Mayulu, de 18 años, y a un Kolo Muani en clara falta de confianza, pero el relevo no mejoró la puntería.
Luego vino la traca final, el penal anulado a Asensio cuando ya todo parecía perdido y el cabezazo de Marquinhos que Benítez, de villano a héroe de su equipo, sacó en la línea de gol.