Por Mikistly Zently Delgado Ochoa
Cada vez es más común escuchar el concepto “inteligencia artificial” en las instituciones académicas, que provoca gran alboroto en la comunidad educativa, en la sociedad en general y produce diversas opiniones que, por supuesto, se dividen. Pese a todo esto, ¿realmente sabemos lo que es? Para dar una opinión sobre lo que implica esta tecnología en el contexto educativo debemos partir de su concepto.
La inteligencia artificial (IA) “es un área de la ciencia de computación que se relaciona con la matemática, la filosofía, la biología y la lingüística, entre otras, y que abarca distintos tipos de algoritmos para la resolución de problemas” (Temesio V., 2020). Muchas personas limitan este concepto al suponer que el algoritmo de ChatGPT es la única inteligencia artificial; y aquí hago un paréntesis, pues me refiero al tipo de aplicación capaz de sostener conversaciones, proveer información veloz y responder o acatar cualquier pregunta o instrucción que se le dicte. Es cierto que ChatGPT puede ser una de las IA más utilizadas, sobre todo por los estudiantes, pero es erróneo suponer que es la única en el mercado.
Esta nueva tecnología está más presente en nuestra vida cotidiana de lo que creemos. Un claro ejemplo es el teléfono celular: cuando escribimos muchas veces el teclado completa lo que queremos decir, como si nos leyera la mente. En realidad, no es así, al utilizar este aparato con frecuencia aprende, de cierta manera, nuestro lenguaje y cómo nos expresamos textualmente. No es por nada que el celular de por sí nos ofrezca opciones para completar las palabras. Entonces, si la IA origina que las tareas sean “más fáciles”, ¿cómo puede ser que no se haya incluido en los procesos educativos desde antes? Esta pregunta tiene más de una respuesta, ya que de cierta forma la exclusión de esta tecnología ocurre por distintos motivos, desde los valores de las personas hasta los escasos recursos (en su mayoría económicos) para implantarla.
Hablemos un poco acerca de los valores: ¿cuántas personas han usado indebidamente esta inteligencia? Son incontables. La IA es una herramienta para el estudiantado y personal docente y directivo. No es pecado usarla, pero sí es fatal abusar. Con esto refiero a que las personas buscan que esta inteligencia resuelva todos sus problemas sin el mínimo esfuerzo por aprender o adquirir conocimientos; aquí debemos hacer uso de los valores y aplicar la IA como lo que es, un instrumento de apoyo y no la solución definitiva para todos nuestros trabajos. Es deshonesto decir que realizamos cierta actividad cuando solo copiamos y pegamos la información de cualquier aplicación.
La desconfianza del sistema educativo en esta tecnología, en gran parte, se debe a la fraudulencia en los quehaceres escolares. Esperable, ya que la introducción de estas tecnologías al ambiente educativo trae resultados buenos, pero también negativos: “la evolución de la tecnología y el desarrollo de la Inteligencia Artificial (IA) presentan no sólo oportunidades, sino, también, riesgos y, sobre todo, muchas incógnitas y preocupaciones” (Selwyn et al., 2022). La inexperiencia de los docentes al integrar algo reciente e innovador a los salones y la falta de entendimiento por parte de los estudiantes vuelve una tarea difícil la de proponer formas de enseñanza modernas mediante el uso de la IA. Está claro que se logrará con ayuda de una buena formación para comprender el uso de dicha herramienta. Pero aquí entramos en otro dilema: ¿cómo formaremos a nuestros profesores si no hay un recurso que sostenga esta inversión?
La falta de recursos económicos como factor de rechazo hacia la IA es otro de los problemas, no sólo por el hecho de que falta presupuesto para financiar en primera instancia los suministros con los que el alumnado trabajará durante su ciclo escolar, la capacitación del profesorado no familiarizado con dichas tecnologías y la implementación de espacios adecuados. Realmente, es el desafío principal de las instituciones educativas.
Ante la pregunta de si es necesario promover la inteligencia artificial en la educación, la respuesta varía: unos a favor y otros en contra. Recordemos que desde hace décadas la educación se trabajaba sin ningún tipo de mediación tecnológica, con esto me refiero al uso Tecnologías de Información y Comunicación (TICs) dentro las instituciones académicas, así que pensar que no podemos continuar con el proceso de enseñanza-aprendizaje sería desatinado. Pero, aunque podamos proseguir con una buena educación la integración de esta tecnología, no solo nos facilitará un sinfín de quehaceres pedagógicos, sino que también puede ayudarnos a potenciar las habilidades y competencias del estudiantado. Si es o no necesaria dentro de las instituciones educativas será criterio de cada persona, estudiante o no siempre será una opinión válida.
No es un secreto que la IA trajo consigo una gran ventaja al facilitarnos el trabajo, sobre todo en un entorno académico. “La IA destaca los siguientes componentes: plataformas de aprendizaje personalizado; asistentes virtuales y Chatbots educativos; evaluación automatizada; análisis predictivo y aprendizaje colaborativo” (Mora et al., 2023). Obviamente, estas innovaciones resultan atractivas para un profesor, ya hacen la enseñanza más diversa, por lo tanto, debemos tomar esta inteligencia y convertirla en una “oportunidad de aprendizaje.” Negarnos a ella podría significar, de cierta manera, un rechazo a la evolución educativa y humana, pues todo siempre está en constante cambio.
Aferrarnos a ideas que pueden considerarse obsoletas acabaría poco a poco con el sistema que conocemos. Las transformaciones son parte de todo y todos, los humanos estamos acostumbrados al cambio, unos más que otros, es simplemente cuestión de adaptarse, lo mismo aplica para el contexto educativo.
Referencias
Cedeño, E., Alejandro, C., Cuecuecha, L., y Vélez, A., (2024) Inteligencia artificial ética en la educación universitaria: enfrentando desafíos y explorando oportunidades para la inclusión educativa. Reincisol, 3(6), pp. 1-16. https://doi.org/10.59282/reincisol.V3(6)1-16
Vizoso, T., & Grazia, S. (2022). Reflexiones sobre la inteligencia artificial y la bibliotecología. Palabra Clave (La Plata), 11(2), e159. Universidad Nacional de La Plata. Disponible en: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=350570061011 DOI: https://doi.org/10.24215/18539912e159
Flores-Vivar, J.-M., & García-Peñalvo, F.-J. (2023). Reflexiones sobre la ética, potencialidades y retos de la Inteligencia Artificial en el marco de la Educación de Calidad (ODS4). Universidad Complutense de Madrid; Universidad de Salamanca. www.comunicarjournal.com
García-Peñalvo, F. J., Llorens-Largo, F., & Vidal, J. (2023). La nueva realidad de la educación ante los avances de la inteligencia artificial generativa. RIED. Revista Iberoamericana de Educación a Distancia, 27(1). https://doi.org/10.5944/ried.27.1.37716
*Texto elaborado y revisado en el Taller de escritura organizado por Juan Carlos Yáñez Velazco e impartido por Rubén Carrillo Ruiz a estudiantes de la licenciatura en Pedagogía de la Universidad de Colima.
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