El pleno de la Cámara de Diputados aprobó una reforma que prohíbe el maltrato animal y establece la obligación del Estado mexicano de garantizar su protección, trato adecuado, conservación y cuidado.
Según publica Reforma en su edición digital, la modificación a los artículos 3, 4 y 73 de la Constitución fue avalada por 441 votos a favor y una abstención, pese a las críticas de legisladores de la oposición, quienes advirtieron que las modificaciones abren la puerta al uso de animales silvestres en espectáculos con fines de lucro, algo que ya estaba prohibido.
“El Congreso de la Unión cuenta con un plazo de 180 días naturales, a partir de la entrada en vigor del presente decreto, para expedir la ley general en materia de protección y cuidado de los animales, considerando su naturaleza, características y vínculos con las personas, la prohibición del maltrato en la crianza, el aprovechamiento y sacrificio de animales de consumo humano y en la utilización de ejemplares de vida silvestre en espectáculos con fines de lucro, así como las medidas necesarias para atender el control de plagas y riesgos sanitarios”, indica el artículo segundo transitorio.
Después de 6 horas de discusión, el pleno avaló sin discusión la única reserva presentada por la morenista Martha Olivia García Vidaña, que agrega el término “bienestar” a los artículos 73 y segundo transitorio. El dictamen fue turnado al Senado.
La priista Ariana de Rocío Rejón advirtió que esta redacción es un retroceso, porque abre la puerta a la explotación animal en espectáculos para diversión humana, por lo que demandó la revisión del texto impulsado por la mayoría.
“Mucho cuidado con lo que dice el segundo transitorio de este dictamen, que abre la puerta a la explotación animal para espectáculos, es un retroceso legislativo, mucho cuidado, compañeras y compañeros, porque en México ya se había eliminado, no permitamos que regrese, no hay nada peor que el uso de animales para una supuesta diversión humana, no sigamos con las prisas legislativas, porque se siguen cometiendo errores”, afirmó.
El panista David Alejandro Cortés Mendoza dijo que la reforma es un primer paso; no obstante, manifestó su preocupación porque las modificaciones al artículo cuarto constitucional abran la posibilidad para que, a través de las leyes secundarias, se siga permitiendo el maltrato animal a través de los “mal llamados” espectáculos de diversión y cultura, como las corridas de toros.
El legislador subrayó que la reforma no incluye la palabra “derechos”, porque se le sigue dando vueltas a reconocer a los animales como seres sintientes con derechos y lamentó que fuera necesario elevar a rango constitucional la prohibición del maltrato animal para normar la conducta de las personas, que no han aprendido a convivir con ellos.
La emecista Laura Ballesteros dijo si bien en la superficie parece que el dictamen realmente cumple con su función, es preocupante que pueda abrir la puerta para el sufrimiento y el sacrificio de toros.
El diputado del Partido Verde, Ricardo Astudillo, llamó a diferenciar entre maltrato y crueldad animal.
Explicó que el primero es mantenerlos en malas condiciones, no prestarles el servicio de vacunación y el seguimiento para una salud adecuada, mientras que el segundo deriva de acciones que las personas llevan a cabo por diversión, conscientes de que están poniendo en riesgo la vida de un ser sintiente.
No obstante, precisó Reforma, dijo que ahí es en donde los estados tienen que adecuar sus códigos penales, a fin de establecer castigos severos.
La morenista Merilyn Gómez Pozos, quien subió a tribuna con su perro chihuahua Tomás, afirmó que aunque la reforma es un acto de justicia elemental, aún falta mucho tramo por recorrer como sociedad.
Gómez Pozos dijo que al elevar a rango constitucional la prohibición del maltrato animal obliga al Congreso a seguir legislando para tener castigos más severos a los maltratadores y para quienes los abandonan, para que cada municipio tenga un centro de protección animal, no mataderos disfrazados de antirrábicos y para que las esterilizaciones masivas sean parte fundamental de la salud.
Durante la discusión, legisladores subieron a tribuna con sus mascotas, entre las que se encontraban perros e incluso un gallo de la diputada Giselle Arellano, llamado Panchito.
Con información de Reforma
¿Y cuándo liberaran a los animales domesticados de su yugo?
NO tenemos derecho a tener animales encerrados dentro de nuestras casas, los hacemos dormir sobre piso de cerámica o sobre jergones, (camitas) los ridiculizamos, con vestuarios de juguete, los traemos con correas, los hacemos vivir dentro de nuestras ciudades a fuerza, son los primeros esclavos del hombre, hasta los obligamos a cruzarse con quien queremos nosotros, les imponemos una selección sexual racista….