El entrenador francés, Didier Deschamps, insistió en su deseo de que el duelo de mañana con Israel “siga siendo un partido de futbol”, a pesar del contexto actual marcado por los incidentes antisemitas ocurridos en Ámsterdam.
“Hemos preparado el partido con la mayor normalidad posible. Nadie en el conjunto de la selección francesa puede ser insensible a un contexto que es pesado y agobiante. Pero intentamos que siga siendo un partido de futbol”, declaró Deschamps en una rueda de prensa, en el Estadio de Francia, que el Gobierno francés considera de “alto riesgo”.
El partido es parte de la fase de grupos de la Liga de las Naciones de la UEFA. Deschamps aseguró que sus hombres “saben lo que les espera”, pero que se adaptarán y se centrarán “en lo que deben hacer sobre el terreno de juego”.
En respuesta a la situación, las autoridades francesas han implementado un fuerte dispositivo de seguridad, que incluye la movilización de 4 mil policías y gendarmes en el Estadio de Francia (situado en la vecina Saint-Denis) y en París, incluyendo refuerzos adicionales en el transporte público y en el centro de la capital.
Además, se han tomado medidas dentro del estadio, como un sistema anti intrusión con vallas para evitar que los espectadores invadan el terreno de juego. El despliegue policial en el estadio será de 1,600 agentes, un número considerablemente mayor al habitual.
El ingreso estará controlado mediante al menos 2 puntos de control de identidad, como en los recientes Juegos Olímpicos de París, y las fuerzas de seguridad realizarán patrullas dentro y fuera del recinto.
Solo se permitirá la exhibición de banderas de Francia e Israel, prohibiendo expresamente símbolos palestinos para evitar posibles conflictos.
Las autoridades francesas esperan a en torno a un centenar de aficionados israelíes, que estarán protegidos por las fuerzas de seguridad francesas.
A pesar de la creciente tensión generada por los disturbios entre los aficionados del Maccabi Tel Aviv y el Ajax en Ámsterdam, y las recomendaciones de las autoridades israelíes de evitar el partido, el encuentro programado en París entre ambos equipos no se ha visto afectado en términos de organización.
Sin embargo, el partido de izquierda La Francia Insumisa (LFI) ha solicitado la cancelación del encuentro debido al alto riesgo de incidentes, argumentando que las tensiones del conflicto en Oriente Medio podrían repercutir en el ambiente.
LFI incluso ha convocado una concentración ante el Ayuntamiento de Saint-Denis, situado a poco más de un kilómetro antes del estadio.
A pesar de que las autoridades francesas no han limitado el aforo, la respuesta del público ha sido muy tibia. “Solo se han vendido algo más de 25 mil entradas” de la capacidad total de 80 mil del Estadio de Francia, dijo el ministro de Deportes, Gil Averous, a la emisora Europe 1.
Deportivamente, el encuentro no genera apenas interés en Francia, ya que les Bleus necesitan solo un punto para pasar a la siguiente fase de la competencia en Israel marcha última del Grupo 2 de la Liga A, ya que ha perdido los 4 partidos disputados hasta ahora.
En el encuentro de ida, disputado el octubre en Budapest, Francia se impuso con mucha facilidad por 1-4.
El presidente francés, Emmanuel Macron, anunció que estará presente en el partido, acompañado de los expresidentes François Hollande y Nicolas Sarkozy, para mostrar su pleno apoyo a la selección de su país, pero también para “enviar un mensaje de fraternidad y de solidaridad tras los actos antisemitas intolerables” de Ámsterdam.