Cientos de personas participaron en Quito en una marcha contra el Gobierno del presidente de Ecuador, Daniel Noboa, que acabó dispersada por un contingente de unos 2,000 policías, quienes les impidieron avanzar al centro histórico de la ciudad, lo que derivó en unos altercados con los manifestantes que buscaron romper el cerco.
Al menos 12 personas fueron detenidas, según un reporte preliminar de la Fundación Regional de Asesoría en Derechos Humanos (Inredh), entre ellos 2 miembros de esta organización, mientras que la Policía, que informó de 3 agentes heridos, señaló que una de las personas detenidas es una funcionaria pública.
La movilización había sido convocada por el Frente Unitario de Trabajadores (FUT), la mayor central sindical del país, y por varias federaciones de estudiantes para protestar contra la política económica de la administración de Noboa y las consecuencias de la crisis energética que ha obligado a apagones diarios de hasta 14 horas desde mediados de septiembre.
También los sindicatos han denunciado despidos masivos y violación de derechos laborales en el contexto de la crisis energética, donde algunas áreas industriales han permanecido hasta 5 días consecutivos sin electricidad.
Los manifestantes se dieron cita en el centro de la capital ecuatoriana con la misión de avanzar al casco colonial y culminar en la Plaza Santo Domingo, en un recorrido tradicional que ya se ha realizado en numerosas ocasiones anteriores.
Sin embargo, la marcha se topó a los pocos metros con un despliegue de 2,000 policías que con vallas cerraron todos los accesos a la zona histórica de la ciudad, como ya había anticipado en la víspera el Gobierno, que había advertido que les dejarían avanzar.
Algunos participantes en la marcha trataron de retirar algunas vallas pero no consiguieron romper el cerco de un nutrido contingente de policías antimotines dispuestos a no ceder el paso.
Y es que otra manifestación de estudiantes tuvo vía libre para llegar al casco histórico, donde la movilización acabó con disturbios y pintadas contra Noboa y el Gobierno en varias fachadas de edificios protegidos desde 1978 como patrimonio de la humanidad por la Unesco.
“No se va a permitir que ingresen al casco colonial los manifestantes. Tenemos el apoyo de las Fuerzas Armadas, principalmente, para que no exista el paso de los manifestantes hacia el casco colonial y puedan afectar a la propiedad privada y al patrimonio cultural de nuestro país”, había anticipado el comandante de la Policía para el Distrito Metropolitano de Quito, Henry Tapia.
El Gobierno también señaló que la movilización no contaba con permisos y había recordado que Quito se encontraba bajo el último estado de excepción decretado por Noboa en el país para combatir el crimen organizado, donde entre otras medidas había suspendido el derecho fundamental a la libertad de reunión.
Sin embargo, la Corte Constitucional de Ecuador anuló esa disposición horas antes de la movilización, entre otras medidas dictadas por Noboa dentro del estado de excepción que fueron declaradas inconstitucionales por el máximo tribunal de garantías del país.