La reciente presentación de la propuesta de presupuesto para el año 2025 de la Universidad de Colima (UdeC) ante el Congreso del Estado, pone en evidencia no solo la transparencia con la que nuestra Máxima Casa de Estudios gestiona los recursos públicos asignados, sino también su inquebrantable compromiso con la ampliación de oportunidades educativas en la región.
En un contexto nacional en el que las instituciones de educación superior enfrentan limitaciones presupuestarias y crecientes demandas sociales, la UdeC destaca como un ejemplo de resiliencia y planeación estratégica.
El Rector Christian Jorge Torres Ortiz Zermeño subrayó un hecho revelador: la Universidad opera al 112% de su capacidad instalada, atendiendo a 30,500 estudiantes en un espacio diseñado para poco más de 26 mil. Ese esfuerzo, que refleja la voluntad de la comunidad que integra nuestra institución de no dejar a nadie atrás, también deja en claro que el crecimiento sostenido requiere inversiones significativas en infraestructura, personal y equipamiento.
La proyección de nuevas instalaciones universitarias en Manzanillo, Villa de Álvarez y Colima es un paso necesario para asegurar que ese crecimiento no comprometa la calidad educativa que ofrecemos.
El presupuesto propuesto para 2025, con un incremento del 3.5%, aunque positivo, sigue siendo limitado frente a las necesidades apremiantes. Como lo expresó el Rector en la reunión que sostuvo con diputadas y diputados locales, cumplir con la meta federal de ampliar la cobertura educativa implica no solo buena voluntad, sino recursos tangibles que permitan sostener y mejorar la calidad de los servicios académicos. Ese desafío es compartido y debe ser atendido con la misma responsabilidad por los niveles estatal y federal.
Es alentador el reconocimiento y apoyo expresados por los legisladores locales durante la presentación del presupuesto universitario por parte del Rector. La posibilidad de colaborar en iniciativas como la profesionalización del personal del Congreso o la propuesta de crear una licenciatura en lenguaje de señas, demuestran que la UdeC no solo responde a las necesidades inmediatas, sino que también busca adaptarse a las demandas sociales emergentes.
Sin embargo, no podemos olvidar que el futuro de la educación superior en Colima y México depende de decisiones firmes y estratégicas. Como lo mencionó el Rector, existe sensibilidad y compromiso por parte de las autoridades locales y federales, pero ello debe traducirse en acciones concretas: mayores recursos, cumplimiento cabal de aportaciones estatales y un modelo de financiamiento sostenible que no comprometa el acceso de los estudiantes.
La UdeC, con su historial de crecimiento, eficiencia y vinculación con la sociedad, ha demostrado que puede enfrentar grandes retos con éxito. Ahora, corresponde a todos los actores involucrados sumar esfuerzos para garantizar que la UdeC siga siendo ese faro de conocimiento, inclusión y desarrollo que tanto necesita nuestra región.
Recordemos: la educación no es un gasto, es una inversión en el futuro, y apoyar a la Universidad de Colima es apoyar el progreso de toda la comunidad.
